Durante el acto de cierre de campaña de la candidata Jeannette Jara, los cánticos de sus adherentes fueron elocuentes: “El que no salta es paco”. Esto no fue un exabrupto aislado, sino la expresión más genuina de una izquierda radical que vuelve a mostrarse tal cual es.
Esa es la izquierda octubrista: la que no tolera al que piensa distinto, la que desprecia a Carabineros, la que romantiza la violencia y que –al igual que durante los tristes días de aquel octubre– se alimenta del odio y la división. Quien crea que cambiaron, solo necesita escuchar ese coro para entender que volverán a ser lo que fueron el 2019, antes de ser gobierno.
En este contexto, la elección de este domingo cobra aún mayor relevancia. Mucho se habla de quién será el próximo Presidente, porque efectivamente es muy relevante. Pero quisiera poner atención en otro asunto igualmente decisivo: la composición del Congreso.
Ahí se jugará la posibilidad de asegurar gobernabilidad, equilibrio y estabilidad. Necesitamos una gran bancada de derecha, cohesionada, sólida y competente, la cual respalde a quien llegue a La Moneda y sobre todo, tenga capacidad y experiencia para hacer frente a una izquierda radical que se verá conformada con dirigentes como Jorge Sharp, Jaime Bassa, Irací Hassler y Hugo Gutiérrez, entre otros.
Todos los partidos de nuestro sector tienen valiosos parlamentarios, lo cual es muy importante, porque lo que viene requerirá no solo un buen número, sino también personas capacitadas: diputados y senadores preparados, con convicción y con oficio, capaces de defender ideas y buscar las mayorías para evitar que el octubrismo tenga un segundo aire.
Después de lamentar que no hayamos podido conformar una lista única, fui de los primeros en impulsar con fuerza la idea de consolidar la representación parlamentaria de nuestro sector. Expresé el ideal de lograr en el distrito 11 la fórmula del 6-0, es decir, que los seis escaños fueran para la derecha.
El desafío que está a la vuelta de la esquina es que logremos una inédita mayoría parlamentaria. Consolidar eso debe ser nuestro principal foco.
Nuestros esfuerzos deben centrarse en otorgarle al próximo gobierno la garantía de que el rumbo del país podrá enmendarse sin los obstáculos legislativos que enfrentamos durante los mandatos del presidente Piñera, y para que a la izquierda radical le quede cada vez más claro que sus saltos violentos y sus bailes para pasar – ¿los recuerdan? – no tienen espacio de nuevo en Chile. (Bio Bio)
Diego Schalper



