A menos de tres semanas de las elecciones, crece el malestar en el Partido Por la Democracia (PPD) debido a la distribución desigual de los recursos destinados a las campañas parlamentarias. Las críticas apuntan directamente a la directiva liderada por el senador y candidato a diputado Jaime Quintana, cuestionada por favorecer a ciertas candidaturas dentro de los mismos distritos.
Según los registros del Servicio Electoral (Servel), Quintana recibió $8 millones del partido para financiar su campaña en el distrito 23, que comprende comunas como Temuco, Pucón y Villarrica. En la misma zona, su compañero de lista, el exdelegado presidencial de La Araucanía y exgobernador de Cautín, José Montalva, obtuvo $5 millones. Desde su entorno reclaman que Quintana, como senador en ejercicio, cuenta con recursos parlamentarios adicionales y que, por tanto, la asignación desigual genera una competencia inequitativa.
La situación se repite en el distrito 22, donde la exdiputada Andrea Parra recibió $8 millones, mientras su dupla, el exseremi de Obras Públicas Patricio Poza, fue beneficiado con solo $5 millones. La presidenta regional del PPD en La Araucanía, Angélica Campos, reconoció desconocer la distribución de fondos, pero aclaró que las decisiones emanan de la mesa política nacional. “Son criterios permanentes, definidos en función de las posibilidades electorales que se ven desde el nivel central”, afirmó.
Las diferencias también se observan en otras regiones. En el distrito 15, el diputado Raúl Soto recibió $8 millones y su compañero de lista, Fernando Zamorano, $5 millones. En el norte, la brecha es aún mayor: en el distrito 4, el diputado Cristián Tapia obtuvo el mismo monto que Soto, pero su dupla, Carla Matus, solo $2 millones. Desde el partido comentan que los parlamentarios en ejercicio suelen recibir más recursos, aunque ese criterio no se aplica de manera uniforme.
En el competitivo distrito 10, que incluye Santiago, Providencia y Ñuñoa, el PPD postuló a la diputada Helia Molina y al secretario general del partido, José Toro. Ambos recibieron un total de $10 millones, según los registros oficiales. Molina manifestó su descontento con el apoyo económico brindado por el partido. “El PPD nunca ha puesto mucha plata en las candidaturas”, declaró, al tiempo que insinuó que Toro podría haber sido beneficiado por su cargo en la directiva.
La parlamentaria aseguró estar financiando su campaña a través de un préstamo personal. “A mí me dieron tan poco que ni siquiera alcanza para avisos radiales. Estoy haciendo una campaña a escala humana, sin regalos, solo con volantes o bolsas de papel”, relató.
En el distrito 9, que abarca Recoleta, Huechuraba y Conchalí, el partido optó por una distribución más equitativa: tanto el exalcalde Carlos Cuadrado como la exconcejala Sandra González recibieron $8 millones para sus respectivas campañas.
La asignación dispareja de recursos no es exclusiva del PPD. En otras colectividades, como el Partido Comunista, también se observan brechas. Por ejemplo, en el mismo distrito 10, la alcaldesa Irací Hassler recibió $10,4 millones, mientras la diputada Alejandra Placencia fue apoyada con $15,6 millones.
Estas desigualdades, habituales según los partidos, responden a decisiones centralizadas que priorizan candidaturas consideradas más competitivas, aunque internamente generan tensiones en la recta final de la carrera al Congreso. (NP-Perplexity-La Tercera)



