El candidato presidencial de Republicanos y el Partido Social Cristiano, José Antonio Kast, salió a responder a las duras críticas de sus contendoras, Jeannette Jara (oficialismo) y Evelyn Matthei (oposición), sobre su propuesta de que los migrantes en situación irregular colaboren en el pago de sus pasajes de regreso. Kast desestimó la factibilidad de su plan, acusando a sus rivales de desconocer la realidad del crimen organizado y la informalidad en el país.
La exministra del Trabajo, Jeannette Jara, había calificado la propuesta como «imaginaria», criticando que se pretendan usar «aviones que no existen» para llevar a destinos a personas que «imaginariamente pagarían su pasaje».
Kast replicó con ironía, señalando que solo algunos viven en un «país imaginario, como un país de las maravillas», donde se ignora que la inmigración irregular sí afecta a la ciudadanía. Además, acusó a la candidatura de Jara de ser la única en plantear «cosas imaginarias», citando su posición sobre la violencia rural en La Araucanía.
El abanderado republicano también abordó los reparos de Evelyn Matthei, quien sugirió que la medida solo sería aplicable a narcotraficantes debido a su capacidad económica.
Kast rebatió que, si bien existe crimen organizado en los campamentos, también hay migrantes irregulares que trabajan y no viven «debajo de un puente». Explicó que han observado construcciones sólidas, locales comerciales, peluquerías y ventas de gas en estos asentamientos. Asimismo, citó la rentabilidad de la venta de artículos en el transporte público, argumentando que muchas personas desde la informalidad tienen «más recursos de lo que uno se imagina».
«A esas personas nadie puede decir que no tienen recursos», sentenció, defendiendo que no son delincuentes, sino personas que cometieron la falta que, en un eventual gobierno suyo, se consideraría un delito: «haber entrado por la ventana».
Kast aprovechó la instancia para detallar su propuesta de expulsión. El plan apela primero a la voluntad de los irregulares que deseen retornar a su país «con todos sus bienes y sus recursos». Se les daría un plazo de 133 días para hacerlo.
Tras ese periodo, entraría la opción de que colaboren con el costo de su pasaje de regreso. Kast afirmó que Chile ya posee aviones que pueden ser utilizados para traslados de pasajeros.
Finalmente, el candidato buscó calmar las preocupaciones sobre el costo fiscal, asegurando que la inversión en vuelos no será tan alta como se plantea, pero advirtió que, si fuera necesario invertir «100 millones de dólares, 300 millones de dólares», los chilenos estarían dispuestos, con tal de que todas las personas que ingresaron de forma irregular «salgan». (NP-Gemini-La Tercera)



