La toma que afectaba a la Universidad de Santiago de Chile (USACH) desde el pasado 30 de septiembre finalizó esta madrugada, tras un desalojo ejecutado por personal de Carabineros a solicitud del rector, poniendo término a 28 días de paralización parcial. La decisión de solicitar la intervención policial, que debe ser gestionada por el rector como jefe de servicio de la institución pública, se tomó luego de que se registraran graves hechos de vandalismo y robos durante el fin de semana.
El rector Rodrigo Vidal informó a la comunidad universitaria que la intervención, la cual fue «difícil pero necesaria», se decidió después de agotar las instancias de diálogo. El Mandatario de la casa de estudios justificó el desalojo señalando que la ocupación se hizo «insostenible» debido a que un grupo minoritario mantenía bloqueadas las dependencias, e incluso se registraron «daños a la infraestructura», «rotura de puertas y ventanas» y «sustracción de todo tipo de artefactos y equipamientos».
Entre los daños denunciados por docentes y funcionarios, se incluyen el robo de materiales y pertenencias personales, como computadores, además de la rotura de todas las cámaras de seguridad que los propios estudiantes habían solicitado instalar el año anterior. De hecho, antes del desalojo, los decanos de las facultades de Humanidades y Ciencia ya habían manifestado su «profunda preocupación y rechazo» por el vandalismo y la sustracción de especies.
La decisión de desalojar se aceleró luego de que un acuerdo alcanzado el lunes con la Federación de Estudiantes (FEUSACH) fracasara al no contar con el apoyo de la asamblea de la toma. Según el rector, la federación desistió del acuerdo que comprometía deponer la ocupación, lo que puso en evidencia que un «grupo minoritario y disociado» obstaculizó la solución dialogada.
Los movilizados argumentaban que la toma buscaba forzar el fin de los alegatos por la impugnación de la elección del rector y cuestionar el proceso de compra del Instituto Profesional Arcos por parte de la USACH.
El rector Vidal advirtió a la comunidad que «no será tolerada ninguna forma de retoma» en ningún lugar del campus. No obstante, la cuenta de Instagram de la toma, que había acusado al gobierno universitario de falta de criterio y de exponer a los estudiantes a la fuerza policial, convocó a una concentración en el frontis de la universidad para este martes «contra el desalojo». El campus afectado permanecerá cerrado durante la jornada para permitir la evaluación de daños. (NP-Gemini-La Tercera)
