El jefe del Pentágono, Pete Hegseth, anunció que el Ejército estadounidense llevó a cabo su octavo ataque contra una presunta embarcación narcotraficante. El asalto, ocurrido la noche del martes en el Océano Pacífico oriental, resultó en la muerte de dos personas, lo que eleva el número total de fallecidos en todos los ataques a al menos 34.
El reciente ataque es el primero dirigido a una embarcación en el Océano Pacífico oriental, ya que los siete anteriores se habían concentrado en el Caribe.
En un breve video compartido por Hegseth, se observa una pequeña nave, cargada con paquetes, que segundos después explota y queda flotando inmóvil en llamas.
En su publicación, Hegseth dio un paso inusual al equiparar a los presuntos narcotraficantes con el grupo terrorista Al Qaeda, que perpetró los ataques del 11 de septiembre de 2001. «Así como Al Qaeda libró la guerra en nuestra patria, estos carteles están librando la guerra en nuestra frontera y en nuestra gente», declaró el jefe del Pentágono, concluyendo que «no habrá refugio ni perdón, sólo justicia”.
La serie de ataques militares ha generado preguntas entre expertos legales, quienes han cuestionado:
El rol del Ejército: Por qué el Ejército está llevando a cabo estos ataques en lugar de la Guardia Costera, que es la principal agencia de aplicación de la ley marítima de EE.UU.
El uso de la fuerza letal: Por qué no se realizan otros esfuerzos para detener los envíos antes de recurrir a ataques mortales.
La crítica se intensifica dado que la Guardia Costera lanzó en agosto la Operación Víbora para interceptar drogas, incautando más de 45.000 kilos de cocaína hasta el 15 de octubre. Se desconoce por qué en este caso particular la administración recurrió al ataque militar en lugar de la intercepción habitual.
La semana pasada, se informó que dos presuntos narcotraficantes sobrevivieron a un ataque militar en el Caribe, fueron rescatados por un buque de guerra de la Armada y posteriormente repatriados a Colombia y Ecuador. (NP-Gemini-La Tercera Agencias)
