El Informe Nacional de Víctimas de Homicidios Consumados, en su vigesimosexta versión elaborado por la Fundación Paz Ciudadana, indicó que en los últimos seis meses el 35% de las personas o de sus familias ha sido víctima de un robo consumado o frustrado, una leve alza desde el 32,8% registrado el año pasado.
Aunque se observa este incremento en la victimización, el porcentaje de personas con un nivel de «temor alto» ante la inseguridad bajó del 27,4% al 24,4%, aunque sigue siendo uno de los más elevados en años recientes.
Daniel Johnson, director ejecutivo de Paz Ciudadana, destacó que la percepción dominante de que los años electorales aumentan el temor no está clara en las estadísticas, pues no se manifiestan incrementos evidentes atribuidos a la campaña política.
El análisis evidencia, en cambio, expectativas de mejora en la seguridad pública, vinculadas a la esperanza en que un cambio político pueda traducirse en políticas más efectivas para enfrentar la delincuencia.
Johnson explicó que durante períodos electorales suele instalarse la idea de que habrá transformaciones, y esto se percibe de forma positiva por la ciudadanía, influyendo en las percepciones de seguridad y bienestar.
La encuesta y el informe reflejan un clima de tensión social por la inseguridad, pero también una reserva de confianza en soluciones futuras a partir de la alternancia política.
En este contexto, la seguridad se mantiene como una prioridad para los candidatos y una preocupación central para la opinión pública de cara a las elecciones presidenciales que se aproximan. (NP-Perplexity-El Mercurio)



