Los países con buenos sistemas educativos seleccionan a sus futuros profesores de entre aquellos jóvenes que demuestran altas aptitudes académicas. Esa idea tiene respaldo en la evidencia empírica, porque ampliaría el pool de docentes efectivos. Chile intentó seguir ese camino en la nueva carrera docente, promulgada en 2016 (Ley 20.093). Por distintas razones, las exigencias ahí definidas no se han aplicado. Incluso, en los últimos tres años se redujeron significativamente respecto de las que regían antes de que se aprobara dicha ley. A partir del proceso 2026 regirán las disposiciones permanentes de la ley mencionada, elevando importantemente las exigencias.
Frente al temor de que esto reduzca las matrículas en pedagogía y un supuesto déficit grande de docentes se ha enviado un proyecto de ley que intenta dejar sin efecto las nuevas exigencias.
Sin embargo, un reciente estudio del Centro de Estudios del Ministerio de Educación y Elige Educar establece un déficit de apenas 6,2% en las horas de clases realizada por docentes idóneos. Como su clasificación es estricta, el déficit es totalmente gestionable, sugiriendo, además, que la caída en la natalidad del país en los últimos años generará más bien un superávit antes que un déficit docente. Es un buen momento, entonces, para introducir esas largamente postergadas exigencias.
El proyecto que se votaría no establece exigencias precisas para las admisiones futuras. Para promover su aprobación —el proyecto va con informe desfavorable de la comisión de Educación—, el Gobierno ha comprometido un conjunto de indicaciones que incluirían exigencias mínimas para la postulación. Pero las que han trascendido son demasiado modestas. Significaría retornar a las que existían antes de la nueva carrera docente. Un claro retroceso respecto de lo que esa ley pretendió.
No parece haber ninguna razón de fondo para seguir postergando esta exigencia. Habría que concentrarse más bien en seguir generando condiciones que atraigan a jóvenes de elevadas aptitudes académicas a esta noble profesión. (El Mercurio Cartas)
Harald Beyer
Escuela de Gobierno, UC



