«Esto hace mucho tiempo es un secreto a voces”, esta es la primera impresión de Ewald Luchsinger tras enterarse de la vinculación que existiría entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el Partido Comunista (PC) y algunos grupos mapuches.
Ewald, quien es sobrino del fallecido matrimonio Luchsinger-Mackay y tesorero de la Asociación de Víctimas de Violencia Rural (AVVRU), dice no sorprenderse ante este hecho e incluso cuenta que cuando su fundo fue atacado en junio del año pasado, el cuidador que se encontraba en el lugar notó que parte de quienes incendiaron el predio no eran chilenos.
– ¿Cuál es su opinión respecto a que existirían vínculos entre las FARC, el PC y algunos mapuches?
– Esto hace mucho tiempo es un secreto a voces. Evidentemente que aquí hay una base muy concreta, porque una persona directamente vinculada al informe lo está difundiendo y eso le da mucha más importancia y peso. Ahora, que personeros de la izquierda estén vinculados con procesos terroristas armados, eso no es novedad para nadie. Lo que me parece preocupante es que en Chile existan autoridades vinculadas al gobierno que estén de alguna manera con lazos con precisamente grupos terroristas de las FARC, que se conocen, han participado y tienen vinculación con grupos terroristas mapuches.
– ¿Qué información maneja usted al respecto?
– En 2008 se menciona este informe que difunde ahora el abogado Felipe Silva y recuerda que en ese tiempo estos hechos fueron difundidos por el senador Alberto Espina. Es decir, estos hechos ya se conocían. Lo que pasa es que la denuncia se desvirtuó, porque supuestamente no tenía base ni fundamento. Pero hay testimonios de muchas víctimas que han identificado dentro del grupo atacante a personas que salen de lo que es el genotipo del mapuche. Son personas mucho más altas, más corpulentas y con un acento no precisamente de la etnia mapuche.
– ¿Se refiere a algún caso en específico?
– Hay varios casos. Cuando nos ocurrió el ataque el año pasado en junio, el cuidador tractorista nuestro testimonia que le pareció que había gente extranjera involucrada. También es sabido que habrían venido colombianos, hay gente con dialectos centroamericanos que han sido vistos en el sector de Ercilla.
– Es decir, ¿no sólo algunos mapuches han viajado a Colombia, sino que también han venido colombianos a Chile?
– No me cabe duda de que hay una vinculación mucho más allá de lo que se dice que existe. Lamentablemente aquí ha habido un problema de omisión muy importante, no sólo de información, sino que también de acción. Aquí el gobierno se ha mantenido al margen de una situación conocida, lo que me parece extremadamente grave. En la Novena Región han ocurrido hechos de extrema gravedad, incluso muertes, y que los gobiernos -tanto la anterior administración de Bachelet como el gobierno de Piñera- no hicieron más que administrar una situación de violencia y el conflicto, pero sin dar soluciones concretas a la situación que viven muchas víctimas de desesperación.
– ¿Cuál cree que debería ser la posición del gobierno ahora tras afirmarse este hecho?
– Una cosa es querer y otra es no tener la voluntad de querer hacerlo. Aquí hay un tema que tiene que ver con omisión, porque al final de cuentas si yo no quiero resolver algo tengo dos posibilidades: una incapacidad de actuar, porque no cuento con los recursos, con el financiamiento, con las personas; o me falta la voluntad de querer hacerlo. No tengo otra alternativa, porque esto es un tema que nos complica hace más de 15 años y la verdad es que aquí siempre se le ha puesto paños fríos a esto y sencillamente el tema de la violencia en este país, en esta región y específicamente la asistencia de víctimas, cae en la invisibilidad. Aquí no se ve, esto no existe. Y así es como se ha operado políticamente desde el inicio de esta situación en La Araucanía.
– ¿En qué están ustedes hoy como Asociación de Víctimas de Violencia Rural?
– Estamos en una reestructuración, ya tenemos un equipo formado por varios profesionales y estamos actuando en los distintos ámbitos, atendiendo estas situaciones de víctimas, colaborando con ellos, apoyándolos en toda su gestión. También difundiendo lo que significa ser víctima hoy día en la novena región.
– Y frente a este tema en particular, ¿planean hacer algo?
– Vamos a seguir conversando respecto al tema y viendo las consecuencias de todo esto que hoy se ha instalado a partir de este informe. Este es un tema de alta gravedad y no se puede soslayar. El gobierno cometería un error al soslayar esto y bajarle el perfil, lo que hay que hacer aquí es investigar, pero lo más importante de todo es que tiene que acabarse la violencia en la región, y ahí no podemos poner paños fríos nuevamente, no podemos esconder esa basura bajo la alfombra; y enfrentar la situación de violencia en La Araucanía con los pantalones bien puestos.
Las reacciones de la AVVRU y Mujeres por La Araucanía
Luego de darse a conocer la eventual vinculación entre las FARC, el Partido Comunista y grupos mapuches, tanto la Asociación de Víctimas de Violencia Rural (AVVRU) como el grupo Mujeres por la Araucanía reaccionaron con declaraciones públicas.
En la suya, la AVVRU señala, entre otras cosas, que “nos parece gravísimo y al menos sospechoso, que una vez más las autoridades no informaran a la ciudadanía de estos antecedentes, considerando que los conocen en detalle desde el año 2008″, agregando no comprender que la Presidenta no actuara conociendo este informe hace siete años, lo que la convertiría en “una cómplice silenciosa del sufrimiento de las víctimas”.
En la declaración, emplazan al gobierno a responder qué derechos humanos está defendiendo, declarando que “creemos que no trasparentar esta información es derechamente un atropello a los derechos humanos de quienes son víctimas. Informan que la AVVRU no descarta ningún tipo de medida, sea judicial o de movilizaciones.
Por su parte, la agrupación Mujeres por La Araucanía declara que “siempre hemos creído que detrás de muchas de estas acciones violentas en el sur de Chile, hay una preparación especial inspirada en la guerrilla, con ataques organizados, muy violentos y repliegue (…) no descartamos que existan extranjeros actuando en muchos de los atentados ocurridos en La Araucanía”.
Agregan que les parece “de la mayor gravedad que hayan pasado tantos años y lejos de haber resultados, veamos con horror cómo se ha ido intensificando y expandiendo el terrorismo hacia otras regiones. Las autoridades han incumplido con sus deberes constitucionales, es obligación de éstas proteger a sus ciudadanos y los habitantes de una región completa, han sido abandonados a su suerte”.


