Tiene los días contados Javier Etcheberry, si es que no ha renunciado ya cuando se publique esta columna. Es una lástima, porque el director del Servicio de Impuestos Internos (SII) es una persona competente, que le hizo un gran favor a la patria cuando en su anterior dirección del organismo (entre 1990 y 2002) lo convirtió en uno de los más modernos y eficientes, sino el primero de América Latina.
Este ingeniero civil industrial de la U. de Chile, doctorado en la misma especialidad, pidió él mismo volver al SII, lo que tuvo que hacer a través del sistema de Alta Dirección Pública, para ayudar al combate del crimen organizado, tirando su hebra más débil, el de las platas negras no tributadas. Además, la recaudación tributaria cayó un 13% en 2023. Etcheberry, quien fue además ministro y presidente del Banco Estado de los gobiernos de la Concertación, estaba calzado para bajar la evasión y calmar las ansias de más recursos de este gobierno que no ha logrado subir los impuestos como quería.
Pero le tocó la mala suerte de enfrentar un reclamo generalizado contra el alto costo de las contribuciones, que se han convertido en una carga insostenible para muchos hogares. La explicación estaría en parte en que el avalúo fiscal casi se triplicó en los últimos 14 años, un alza muy por encima del crecimiento de la economía. Aunque este impuesto territorial golpea sólo al 20% que tiene las viviendas más caras y no necesariamente los más ricos (piénsese en un jubilado) la mora por contribuciones saltó de 26 millones de dólares a 827 millones en cinco años. En algunas comunas la deuda acumulada representa la mitad de lo que recauda anualmente el municipio.
Pero no se ve bien que quien ha defendido el pago de este impuesto, reconociendo su alza y que hay una parte discrecional en el avalúo, lleve nueve años sin pagar contribuciones por una segunda casa que construyó hace 15 años en una parcela de Paine.
Es cierto que Michelle Bachelet no pagaba tampoco por su casa a orillas del lago Caburgua y fue multada en 2022, luego de la demanda de un diputado. Tampoco lo hacía Sebastián Piñera, que al igual que Bachelet y Etcheberry, no tenía la recepción municipal de sus casas, de las que disfrutaban en el mismo lago hacía 30 años.
Es feo el ejemplo de dos ex Presidentes, pero no se les puede destituir por este hecho. A Etcheberry sí, porque da un pésimo ejemplo para cobrar a los atribulados contribuyentes. Más, porque asumió el cargo en octubre pasado con este pasivo y sólo la denuncia presentada en su contra hizo que el SII pusiera al día la tasación de las casas de Paine, subiendo el avalúo de la propiedad de 158 a 339 millones y los metros cuadrados catastrados de 170 a 527. Incluyendo una piscina, tampoco regularizada.
Para remate, el director dice ahora que hizo todo lo posible por normalizar su situación tanto ante la municipalidad, que debe darle la recepción municipal, como ante el SII, al que solicitó una tasación hace nueve años, pero el propio servicio aclaró que esa petición no fue para poner al día el impuesto territorial, sino para hacer constar su mayor valor, en caso que posteriormente la vendiera. Igual el SII pudo actualizar el avalúo de la propiedad, pero no lo hizo. El propio director, sin embargo, explicó en una entrevista que los avalúos han subido bastante no solo por el mercado, sino a porque “el SII se ha preocupado mucho de fiscalizar, porque había muchas propiedades que no tenían inscritas sus ampliaciones, sus piscinas”, y lo hicieron recorriendo las propiedades con Google Maps, drones o directamente, visitándolas.
Ahora, en cambio, ha apuntado a la lentitud del SII, como si no fuera él el director, y a que no pidió permiso de edificación al municipio antes de iniciar las obras, como corresponde, porque “si uno quisiera pedir todos los permisos, antes de construir o de ampliar, no podría hacerlo”. Esa crítica no puede hacerla una autoridad del gobierno.
En esta administración nadie asume las responsabilidades. Lo hemos visto decenas de veces. Pero como el director del máximo organismo tributario no es del Frente Amplio ni del PC, capaz que le pasen la cuenta. Aunque solo pague tres años de contribuciones rezagadas, que es el tope de la retroactividad del impuesto territorial, aunque no sea delito, sino que una falta el que se haya ampliado su casa y no le avisara al SII (porque no es un impuesto de auto declaración), la máxima autoridad tributaria de Chile no puede estar pidiendo a otros que paguen impuestos mientras puedan eludir hacerlo. Pareciera que eso es lo que hizo él por nueve años. (El Líbero)



