Tras meses de renuencia a involucrarse demasiado en la guerra contra el autodenominado Estado Islámico (EI), Turquía finalmente llevó a cabo ataques aéreos y entró en combates directos contra los militantes yihadistas en Siria.
Ésta fue la segunda noche consecutiva de bombardeos. Ankara también acordó permitir que Estados Unidos utilice su base aérea de Incirlik para lanzar incursiones aéreas contra el grupo extremista.
En un comunicado, el jueves, el Departamento de Defensa confirmó que «Estados Unidos y Turquía han sostenido continuas negociaciones sobre formas para reforzar la estrategia conjunta contra EI».
«Hemos decidido profundizar la cooperación en nuestra lucha contra EI, nuestros esfuerzos comunes para promover la seguridad y la estabilidad en Irak, y nuestro trabajo para alcanzar un acuerdo político en el conflicto en Siria».
Así, Turquía -un miembro de la OTAN y aliado de Washington que se había visto duramente criticado por su «poca disposición» para actuar contra EI- dio un giro radical en su posición ante el avance del grupo radical en Medio Oriente.
Washington describió el acuerdo como «un punto de inflexión» en la guerra contra EI: gracias a la proximidad de Turquía a la base de poder de EI en Siria, ahora podrán llevar a cabo potenciales
AVANCE KURDO
Para Turquía, país al que durante meses Washington había pedido «hacer más» para evitar el paso a través de su frontera de potenciales combatientes extranjeros y posibles abastecimientos, también será un punto de inflexión, pero por otros motivos.
«Hasta ahora Turquía ha estado más preocupada en sus propios problemas, básicamente en su propia población kurda en el sureste del país y en su frontera con Siria», explica Ebru Dogan, periodista del servicio turco de la BBC.
Los kurdos de Turquía, al tiempo que reclaman un Estado independiente, combaten a EI en Siria e Irak: «Están teniendo una presencia cada vez más poderosa en el norte de Siria. Y Turquía no quiere a los kurdos demasiado cerca ni demasiado poderosos», continúa Dogan.
«Así que el nuevo acuerdo con EE.UU. cambiará las cosas para Turquía porque se declara enemiga de EI y ahora tendrá que luchar tanto con los extremistas dentro de Turquía, con un posible aumento de atentados en ciudades turcas, como contra el avance de los kurdos», detalla.
Hay informes de que en semanas recientes unidades de militantes kurdos han tomado control de grandes franjas de territorio que, según Turquía, representan el primer contorno de un «nuevo Estado kurdo».
El anuncio del acuerdo entre Turquía y EE.UU. coincidió con una operación de seguridad en la que unos 5.000 agentes realizaron redadas en 140 propiedades.
Se dijo que fueron arrestados miembros del proscrito Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y del grupo maxista Partido Revolucionario Liberación del Pueblo (DHKP-C).
Las detenciones llegaron después de que el ala militar del PKK reivindicara la responsabilidad en la muerte el miércoles de dos policías turcos que, según declaró el grupo, colaboraron con EI en el devastador ataque del lunes pasado en Suruc contra un grupo de activistas kurdos y turcos, en el que murieron 32 personas.
Y este sábado el gobierno turco informó que la Fuerza Aérea llevó a cabo ataques aéreos contra el PKK, los primeros desde el alto el fuego acordado en 2013.


