El Presidente Boric transita su último año de gobierno. Cuatro años sin ninguna catástrofe que enfrentar. Declaraciones de personeros de la presidencia anunciaron que este año estaría dedicado a construir el legado del Presidente. Llama la atención, porque se trata de lo que le deja a los ciudadanos y a sus sucesores gobernando durante los cuatro años del periodo correspondiente. Quien gobierna debe oír y no oír, ver y no ver, lo que indica la importancia que tiene el discernimiento en el arte de gobernar.
Un legado no se anuncia, lo sienten los ciudadanos midiendo si mejoró o empeoró su calidad de vida. Esto se refiere a su esperanza, a sus miedos y como proyectan su futuro, lo que se traduce en la calidad de la educación, la salud, la seguridad, la posibilidad de acceder a una vivienda, tener empleo y una economía en crecimiento que brinde oportunidades.
Malas noticias. La educación pública empeoró; la salud tiene al sistema complicado por las horas, semanas y meses de colas de gente que ha muerto sin ser atendidos, las dificultades del Fonasa y la Ley corta de Isapres; la inseguridad ha empeorado en homicidios, asaltos y crimen organizado; imposible acceder a una vivienda como era posible hasta no hace tanto, en parte por la nefasta política de retiros previsionales que este gobierno alentó siendo oposición, que afectaron el mercado de capitales e imposibilitaron el acceso a una hipoteca.
El país sigue estancado, ya que las tasas de crecimiento que hacen falta para ello deben ser del orden del cuatro por ciento, y no del dos. Una tasa del ocho por ciento de desempleo -que ha descendido- pero no lo suficiente, y la informalidad, que llega al treinta por ciento, son factores de alta preocupación.
El Estado no tiene plata: el legado fiscal que recibirá la sucesora o el sucesor se traduce en un país más endeudado, carente de políticas crecimiento y estrés fiscal. Eso se traduce en que se cuenta con menos fortaleza para sostener las políticas sociales. Y esto es muy grave.
El Consejo Fiscal Autónomo (CFA) levantó la alerta por el incumplimiento en que el gobierno ha incurrido en sus propias metas fiscales, sugiriendo un recorte de 1.500 millones de dólares. Difícil. Es probable que este ajuste se le legue a quien sea el próximo gobernante. Esa llamada de atención quedó plasmada en el Informe sobre Desviaciones de las Metas de Balance Estructural que el organismo publicó esta semana. Este año es importante que el Ministerio de Hacienda sí cumpla la meta fiscal comprometida. Llama la atención es que es un incumplimiento de magnitud significativa. «Nosotros lo calificamos como extraordinario, porque el 2024 fue un año de condiciones macro relativamente normales”, dice su vicepresidente Hermann González.
El chileno es esforzado, luchador y trabajador. No fueron mirados correctamente en este tiempo de gobierno, ya que la tónica identitaria no los reflejó, lo que quedó claro en el imponente rechazo a la Constitución propuesta en septiembre de 2022, que era el plan de gobierno del Presidente Boric. ¿Cuánto costó ese proceso constitucional y la campaña del Apruebo? No se sabe. Si le costó al ciudadano que se sintió relegado de un proyecto refundacional de su propio país.
Daniel Jadue dijo “No veo un legado (de Boric) que sea sólido, y que invite a un proyecto de continuidad”, es la reacción de un militante comunista -parte de la coalición del Presidente- a un gobierno que se quedó sin plan.
Es probable que la actual coalición de gobierno sea nuevamente oposición. A confiar en que no será como la que llevaron a cabo durante la presidencia de Sebastián Piñera, a quien quisieron destituir.
La actual oposición será gobierno, si tienen disciplina, estrategia y eligen la unidad. La disciplina no solo será fundamental para ganar la contienda electoral, sino también para enfrentar los desafíos que aguardan al futuro presidente o presidenta en un contexto de polarización política que recibe como legado un Estado endeudado, con estrés fiscal y muchos compromisos por delante.
La situación del gasto público en Chile es compleja, de eso no hay dudas. Y ante ello, el Consejo Fiscal Autónomo (CFA) ha levantado la alerta por el incumplimiento en que el gobierno ha incurrido en sus propias metas fiscales. Esa llamada de atención quedó plasmada en el Informe sobre Desviaciones de las Metas de Balance Estructural que el organismo publicó esta semana.
El vicepresidente del CFA, Hermann González, profundiza en él y pone en perspectiva la importancia de que este año el Ministerio de Hacienda sí cumpla la meta fiscal comprometida. “Lo primero que llama la atención es que es un incumplimiento de magnitud significativa. Nosotros lo calificamos como extraordinario, porque el 2024 fue un año de condiciones macro relativamente normales”, dice como primera lectura.
Quienes hoy aspiran a competir en la presidencial de 2025 deben contar con una amalgama de cualidades que van desde la audacia hasta la capacidad de inspirar una visión compartida. Un liderazgo que no genera cambio no es, en realidad, liderazgo.
Deben los aspirantes conectar las acciones con un significado más profundo de lo que significa ser presidente del país. No es un juego, ni una aventura para quienes no tienen la necesaria experiencia, un equipo de trabajo y a esta altura un proyecto país.
No debe ser el último año el del legado, sino que el mismo comienza desde el momento en que se decide ser candidato a la presidencia. Es en ese momento, en el que se asume la responsabilidad y el compromiso ante la gente, de que se cuenta con la experiencia, la seriedad, y la trayectoria necesaria para asumir tamaño cometido, conociendo ya desde hoy la situación en que recibe el país.
Winston Churchill decía: “El político debe ser capaz de predecir lo que va a pasar mañana, el mes próximo y el año que viene, y de explicar después por qué no ha ocurrido».
El último año debe ser también un año de explicaciones. (El Líbero)
Iris Boeninger



