Las fuertes declaraciones del abogado Juan Pablo Hermosilla criticando tácitamente al Presidente Boric por haber celebrado el encarcelamiento por prisión preventiva del también abogado Luis Hermosilla permiten analizar si Boric efectivamente ha actuado como un matón.
Refiriéndose a los dichos del Presidente, Hermosilla dijo que “los matones golpean a la gente cuando está en el suelo”. Unas horas antes, Boric había expresado su beneplácito por la orden de prisión preventiva contra Luis Hermosilla, subrayando que “no puede haber ciudadanos de primera y segunda clase, y la justicia y la ley tiene que ser igual para todos, así que qué bueno que los que se creían poderosos vaya también a la cárcel”.
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La declaración de Boric fue especialmente sorpresiva porque, en general, los gobiernos se esmeran en insistir que ellos no comentan fallos judiciales, especialmente cuando esos fallos se refieren a audiencias de formalización. Si bien Hermosilla está en prisión preventiva, todavía no hay un proceso judicial que haya determinado su culpabilidad. La presunción de inocencia, elemento central en cualquier democracia que funcione bien, es un principio que Boric pareció olvidar cuando hizo su comentario.
Además, la actitud celebratoria de Boric respecto a la prisión preventiva de Hermosilla contrastó profundamente con la actitud mucho más cauta que tuvo el Presidente cuando Daniel Jadue, el entonces alcalde de Recoleta y miembro del Partido Comunista, que integra la coalición de gobierno, fue puesto en prisión preventiva por su presunta responsabilidad en delitos de corrupción. Entonces, Boric, descartando que hubiera una persecución política, dijo que “tengo una buena opinión en general de la labor transformadora que llevó adelante Daniel Jadue en Recoleta y del pensar ‘fuera de la caja’, pero si hoy día hay una causa en la justicia, se tiene que responder ante la justicia”.
El contraste entre las declaraciones respecto a la prisión preventiva de estos dos hombres políticamente poderosos -Luis Hermosilla y Daniel Jadue- no podría ser más evidente. En vez de refugiarse en el correcto y también prudente argumento de que el gobierno no comenta fallos judiciales, sino que los respeta, Boric esta vez decidió comentar fallos y dejar en claro que, mientras en el caso de Jadue, él prefiere aplicar la presunción de inocencia, en el caso de Hermosilla, el Presidente decide prescindir de la presunción de inocencia o, al menos, sugerir que la prisión es un castigo justo y merecido para un abogado que, presumiblemente, “se creía todopoderoso”.
Aunque es evidente que las declaraciones del Presidente fueron desafortunadas, no es la primera vez que Boric se anima a comentar fallos judiciales o asumir el rol que debe ejercer el Poder Judicial en una democracia.
Durante la campaña presidencial de 2021, Boric anunció en un debate presidencial antes de las primarias: “señor Piñera, está avisado, se le va a perseguir por las graves violaciones a los DD.HH. cometidas bajo su mandato”. Ya como Presidente, en octubre de 2022, en el aniversario del estallido social, Boric, aseveró que “el control policial de esos meses sobrepasó los límites de lo aceptable, hubo muertos, hubo abusos sexuales, hubo mutilaciones oculares y eso no puede quedar impune, y no se puede volver repetir”. En ambas ocasiones, Boric no sólo olvidó la presunción de inocencia, sino que además dio por ciertas graves acusaciones y atribuyó responsabilidades por procesos que la justicia estaba investigando.
En sus declaraciones, el abogado Juan Pablo Hermosilla bien pudo haber buscado victimizar a su hermano para desviar la atención de los graves hechos que se le imputan y sembrar un manto de duda sobre la existencia de una posible persecución política en su contra. Pero independientemente de sus motivaciones, los dichos del abogado develan una realidad incuestionable. Boric reiteradamente ha cruzado la línea que separa el poder judicial del poder político. Al amenazar judicialmente al ex Presidente Piñera, al dar como ciertas las acusaciones de violaciones a los derechos humanos cometidas por Carabineros durante el estallido social, y ahora que celebró la prisión preventiva del abogado Luis Hermosilla, Boric ha demostrado que no entiende o no respeta la necesidad de proteger la división de poderes entre el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial. Precisamente porque la gente, como bien dijo Boric, no quiere que haya ciudadanos de primera y segunda clase, es esencial que todos respetemos la Constitución y que nadie abuse de su poder creyéndose que está por encima de las instituciones de la democracia.
La opinión pública deberá decidir si Boric actuó como un matón -como sugirió Hermosilla- o si sólo expresó su opinión sobre un abogado del que el Presidente quiere distanciarse precisamente porque, hasta hace poco, ese abogado defendía a uno de sus principales aliados, quien está presuntamente involucrado en un caso de corrupción. Pero sea cual sea la razón que tuvo para hacer esas desafortunadas e impropias declaraciones, el Presidente Boric debería corregir rumbo y entender que, al hablar así, él se comporta de la misma forma que esos poderosos que él criticó por creer que están por encima de la ley. (El Líbero)
Patricio Navia



