Las empresas y los gremios cumplen un rol esencial como cuerpos intermedios de la sociedad, entre la persona y el Estado. Dicho rol no solo tiene que ver con sus propias finalidades, sino también con lo “público” o el “bien común”, entendido como el bien de todos y también de cada uno, ya que dichos cuerpos permiten justamente la articulación entre la persona y el Estado.
Los intentos por excluirlos del debate público atentan, por lo tanto, no solo contra el bien común, sino que también ponen en riesgo la democracia y el rol de la sociedad civil fiscalizando al Estado.
En efecto, entregarle al Estado una suerte de monopolio de la discusión pública puede terminar en gobiernos que acallen las voces discrepantes y atenten contra la libertad de expresión, confundiendo nuevamente lo estatal con lo público, como si el sector privado (lo que no es Estado) no pudiera opinar y participar de lo público.
Finalmente, cabe recordar que la finalidad del Estado no es su propia justificación, sino que es el bien común, debiendo siempre estar al servicio de las personas y no de sí mismo. (El Mercurio Cartas)
Ricardo Mewes
Presidente CPC
Presidente CPC
Susana Jiménez
Vicepresidenta CPC



