Nombramientos en tribunales superiores

Nombramientos en tribunales superiores

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Con ocasión de los comentarios que se han publicado en diversos chats que han aparecido relacionados con nombramientos de ministros de Cortes, la prensa continuamente ha buscado que, desde el ejercicio de mi cargo, declare que la existencia de comunicaciones irregulares entre ministros, para acceder a los cargos superiores del Poder Judicial, constituye un delito. Parto entonces por lo que siempre he dicho: no estoy de acuerdo con esa práctica. No es sano mantener una informalidad que ensombrece los procesos de selección, permitiendo que estos terminen basados en cuestiones que no se relacionan con el mérito del postulante. Pero no estamos necesariamente ante un delito.

En segundo lugar, ante situaciones como esta, enfatizo que es necesario analizar cada caso en su mérito. Ese es el deber de todo abogado: rigurosidad sin incurrir en injustas generalizaciones, porque eso dañará gravemente a las instituciones en que se basa el Estado de Derecho.

Desde el Colegio de Abogados llevamos tiempo advirtiendo (Acuerdo del Consejo, de 13 de julio de 2023) que el sistema actual debe modificarse, para hacerlo lo más objetivo que sea posible, cuidando además que la intervención política sea nula o, a lo menos, mínima.

Es hora de reiterar ese llamado para que el legislador y los poderes políticos se aboquen decididamente a mejorar el sistema, antes de que la situación se salga de control, pero sin perder por ello de vista que legislar sin la debida reflexión puede llevar aun a peores resultados. Tal vez baste por ahora con instaurar un sistema de postulación público, presentando un currículum completo y los antecedentes que lo justifiquen, en una base de datos a la que pueda acceder toda la ciudadanía.

Para concluir, hago un llamado a la cordura y a la calma. No generalicemos. Es probable que, debido al sistema de nombramientos vigentes, muchos hayan debido buscar apoyos; pero eso no obsta que crea firmemente —no capitularé en seguirlo sosteniendo— que la regla general en nuestro Poder Judicial es la probidad. (El Mercurio Cartas)

Pedro Pablo Vergara Varas