Boric ha debido enfrentar una dura oposición, pero lo que asombra es que parte importante de ella viene desde sus propias filas, de partidos y congresistas que debían haberlo apoyado y que, en cambio, han actuado con rudeza e irresponsabilidad en la crítica a su propio gobierno.
¿Qué ha pasado? Una explicación la ofrece Umberto Eco recordando que, en 1996, en Italia, cuando la izquierda celebraba un triunfo abrumador que le permitía asumir el gobierno, una persona se dirige al máximo dirigente, lo tironea del brazo y le dice: “Ahora sí haremos una oposición fuerte”. Eco concluye que la maldición de la izquierda europea es que tras décadas fuera del Ejecutivo había quedado, como el perro de Pavlov, condicionada a ser contestataria de todo gobierno, incluidos los propios.
Pero no todo lo explica la psicología canina, sino también un humano oportunismo, del que da cuenta la anécdota de un parlamentario gobiernista que, preguntado sobre la razón de su alta notoriedad mediática, habría contestado: “La logré en la oposición”. —¿En la oposición al gobierno de Piñera? “No, no; en la oposición a las políticas de Boric”. (El Mercurio Cartas)
Genaro Arriagada



