Por otro lado, los profesores Contesse y Contreras asumen que hablar de “república” (como hace el artículo 1° de la Constitución francesa) es exactamente lo mismo que hablar de “Estado”, y que ese numeral de la Carta gala justificaría su propia posición, olvidando que la noción de república es muy anterior a la noción de Estado. Además, no consideran que la Carta francesa abre con esa frase por un motivo elemental: en ese país, la discusión entre republicanos y monarquistas agitó la vida política durante casi dos siglos. Dado que en Chile —hasta donde llega nuestro conocimiento— las hordas monarquistas están neutralizadas, no es seguro que el ejemplo sea muy pertinente. Con todo, cabe decir que no es ahí, sino en la confusión entre lo público —lo que es de todos— y lo estatal donde reside la mayor desorientación de nuestra izquierda política e intelectual. (El Mercurio Cartas)
Claudio Alvarado
Instituto de Estudios de la Sociedad
Daniel Mansuy
Universidad de los Andes



