El canciller Heraldo Muñoz analizó la ofensiva comunicacional del gobierno de Bolivia, que la semana pasada incluyó un inserto en un diario con frases del ex Presidente Salvador Allende, donde presuntamente apoyaba su posición.
En una entrevista con El Mercurio, el ministro de Relaciones Exteriores chileno criticó el tono del debate planteado por las autoridades altiplánicas. “Ellos se han referido a nosotros en los peores términos, descalificando incluso a la Presidenta de la República”, aseguró, agregando que “las autoridades bolivianas debieran responder si van a respetar el fallo de la Corte Internacional de Justicia en caso de que les sea adverso ¿O solo lo aceptarán si le es favorable?”.
Por el inserto que usó la imagen del ex mandatario socialista, Muñoz afirmó que “habría que preguntarle a Bolivia por qué paga avisos de día domingo en la prensa chilena. El vocero de la demanda boliviana ha concentrado sus contactos con los representantes de los países que tienen jueces en la Corte, desconociendo que estos son independientes de los gobiernos de esos países y que esa independencia debe ser respetada escrupulosamente por las partes”.
“Como no hay ningún juez chileno en la corte, supongo que el propósito del inserto es crear la imagen de que Chile está dividido respecto a la demanda, que la posición del Gobierno no es la del pueblo, y en eso se equivocan, pues conocemos el respaldo de todas las fuerzas políticas y sociales relevantes del país a nuestra defensa en La Haya”, agregó.
El secretario de Estado también afirmó que “ninguna demanda ante un tribunal de justicia puede ser calificada como un gesto de amistad ni una conducta que favorezca la integración. Es la negación del diálogo y el entendimiento”.
Respecto a la visita a Chile del vocero de la demanda boliviana, Carlos Mesa, quien podría viajar con el canciller, David Choquehuanca, Muñoz señaló que “hace algunos meses se me solicitó recibirlo (a Mesa) y respondí negativamente, pues la entrevista era para explicarme que la demanda es una “invitación al diálogo”, concluyó. (La Nación-El Mercurio)
