Por eso somos los carabineros de todos.
Esta institución, que ya celebra 95 años de existencia, atraviesa un profundo proceso de reforma a sus métodos, formación y vinculación con su entorno. Sacamos lecciones de dolorosos episodios del pasado, y hemos y estamos implementando mecanismos para mejorar, con objetivos a corto, mediano y largo plazo, siempre mirando nuestro centenario.
¿Qué significa ser un carabinero del centenario? Pues un policía mejor formado, con más herramientas para entregar seguridad, más consciente y respetuoso de los DD.HH., prudente al momento de usar la fuerza, atento a los cambios de la sociedad, cercano a la ciudadanía y con una redoblada vocación de servicio público.
El año pasado, Carabineros de Chile adoptó 13 millones de procedimientos policiales y detuvo a 500 mil personas por distintos motivos. En muchos de esos casos, aunque no lo quisieron ni buscaron, los carabineros debieron usar la fuerza. Pues bien, el discernimiento ético —en ocasiones con solo fracciones de segundo para decidir— para el correcto uso de la fuerza legítima del Estado, también es parte de lo que se está reforzando en la formación y perfeccionamiento de nuestro personal.
También hemos actualizado mecanismos para prevenir, detectar y reaccionar de mejor manera ante hechos de corrupción. Ninguna policía del mundo está libre de este flagelo, y esta es una de nuestras más profundas preocupaciones. La amenaza del narcotráfico permeando a un cuerpo policial es algo que debemos evitar con toda la fuerza de los controles internos y de la ley. Por ello, entre otras medidas, acabamos de crear la Dirección de Auditoría Interna, con profesionales civiles y acreditada por el Instituto de Auditores Internos de España, y hemos firmado un convenio de colaboración con la Contraloría General de la República para la más exhaustiva revisión de nuestros procesos. También de formación reciente, hoy contamos además con una Unidad Anticorrupción en Asuntos Internos de la propia Contraloría de Carabineros.
Carabineros de Chile está en un camino de cambios. Una reforma que tiene como principios la subordinación a la autoridad civil, la eficacia, la transparencia y rendición de cuentas, la coordinación con el sistema de justicia y seguridad, el respeto irrestricto a los DD.HH., el enfoque de género y poner a las personas en el centro, con todo un Alto Mando institucional convencido de su implementación. Un proceso que hasta ahora ha significado más de 40 convenios con diversas instituciones, la modificación de mallas curriculares y protocolos de actuación, la duplicación del tiempo de formación de los carabineros, nuevos controles financieros, la creación de unidades de DD.HH. en todo el país y la apertura de nuestros cuarteles a los abogados defensores de los detenidos, entre muchas otras medidas.
Así caminamos rumbo al centenario, con una reforma que no es estática, en la que creo profundamente. Estoy convencido de que no solo significará tener carabineros con mayor capacidad para servir adecuadamente a la comunidad, sino también que cada vez más sectores de la ciudadanía comprendan las dificultades de la necesaria función policial. (El Mercurio Cartas)
Ricardo Yáñez Reveco
General Director de Carabineros



