Rusia ha constatado la negativa de Occidente a levantar las sanciones contra empresas de la agencia estatal rusa Roscosmos y ha anunciado este sábado su decisión de retirarse de la Estación Espacial Internacional (EEI), lo cual pondrá en jaque la existencia de esta plataforma orbital, símbolo de la colaboración internacional durante más de dos décadas. “Presentaremos próximamente a la dirigencia del país las propuestas concretas de Roscosmos respecto a los plazos del cese de la cooperación en el marco de la EEI con las entidades espaciales de EEUU, Canadá, la UE y Japón”, ha declarado en Telegram el director general de la agencia espacial rusa, Dmitri Rogozin.
Hasta el momento, el Gobierno ruso tenía previsto participar en la EEI hasta 2024, con la intención de lanzar después su propia estación y negociaba la posibilidad de continuar la colaboración hasta 2030, pero la repuesta recibida no ha gustado a Roscosomos, dejando claro que la cuestión no es si la agencia continúa participando o no, sino cuándo se retira del proyecto.
Rusia ha alertado reiteradamente de que la estación, puesta en órbita en 1998 y diseñada para funcionar durante 15 años, requeriría ahora de una enorme inyección de dinero para su reparación, con el fin de evitar que se desintegre “en pedazos” antes de 2030. Pero más allá de este hecho, que implicaría un enorme gasto de recursos para Moscú, la participación de Rusia en este proyecto es tan significativa que su retirada implicaría de facto una sentencia de muerte para la EEI. (El Diario EFE)



