La unidad de objetivos existe y se estructura en torno al proyecto de futuro que pone en el centro de la actividad del Estado a la persona humana, respetando su libertad y sus derechos fundamentales. Más allá de los liderazgos, lo que faltaba hasta hoy era generar mínimos comunes que permitieran a cada una de las fuerzas políticas estructurarse para aspirar a representar nuevamente a la mayoría de los chilenos y mejorar definitivamente la calidad de vida de todos los chilenos.
Esta es una gran noticia, que muestra a actores políticos serios que ponen sus legítimas diferencias de lado para construir sobre lo que tienen en común. Felicitamos la iniciativa de RN, la UDI, Evopoli y el PRI, particularmente de sus secretarios generales, quienes han liderado este cambio de actitud, fundamental para llevar adelante los cambios que Chile necesita, tanto desde el nivel municipal, parlamentario o gubernamental.
Este valioso avance en unidad y coordinación de las fuerzas políticas debe ser complementado con una profunda discusión y acuerdo respecto del contenido de esos principios básicos que nos unen. Además, partiendo desde esas ideas y principios, comenzar a diseñar de manera participativa y amplia un proyecto de futuro que todos nuestros representantes puedan exponer al país sobre nuestra visión de Chile. Y que idealmente pueda sumar en el corto y mediano plazo a nuevos actores y movimientos.
En un contexto como el actual, con una economía estancada, un ambiente político y social polarizado y con reformas que son miradas con desconfianza por la ciudadanía, este esfuerzo resulta aún más importante y genera esperanza en la mayoría de los chilenos que se están oponiendo a los cambios refundacionales y desean ver plasmada una propuesta distinta para el porvenir de Chile. (El Mercurio)


