El lunes, a las 17:00 horas, de manera sigilosa, el presidente de RN, Mario Desbordes, y el jefe de la bancada del partido, Alejandro Santana, llegaron a la oficina presidencial para sostener una reunión con Sebastián Piñera y el ministro del Interior, Andrés Chadwick. ¿La razón? Expresar la molestia que tendría el partido con el actuar del Gobierno hacia la tienda.
El diputado Desbordes no se asomaba en Palacio hace dos semanas, pues se había excusado dos lunes consecutivos de asistir al tradicional comité político ampliado que reúne a ministros y a los líderes de los partidos de Chile Vamos. En cambio, sí había asistido Santana. En todo caso, su ausencia no había causado mayores repercusiones dado que el diputado se había reunido con autoridades de gobierno.
Pero ese día el presidente de RN planeaba llegar a la casa de Gobierno junto a la bancada más numerosa de la Cámara: los 36 diputados de Renovación. Esto, afirmaron en el partido, en un acto de reproche y como muestra de respaldo hacia Desbordes. Según trascendió, el mandatario llamó por teléfono al timonel de RN temprano. «Se podrían hacer notar mucho», le habría dicho Piñera. La acción se desactivó, pero la cita se concretó.
«DISPOSICIÓN DISTINTA»
El año pasado, RN ya había reclamado por, a su juicio, un desequilibrio en las fuerzas en los cargos regionales. Sin embargo, el lunes pidieron una mayor complicidad con el partido en el ámbito legislativo. «Buscamos un mayor trabajo en equipo», aseguraron en la semana.
De hecho, el pasado martes, en el almuerzo de bancada, Desbordes y Santana comunicaron a sus pares acerca de la reunión sostenida con el Presidente Piñera y, entre los presentes, hubo quienes continuaron manifestando sus reparos. «Hay una evidente diferencia en la correlación de fuerzas», alegaban asistentes. Otros advertían «una disposición distinta» hacia ellos, en comparación a la UDI y Evópoli.
En ese almuerzo, indicaron, se transmitió la extrañeza con la que habría reaccionado el mandatario ante la intención de que los diputados RN llegaran hasta Palacio para abordar sus quejas con el ministro Chadwick. «¿Hasta los que se hacen llamar escuderos del Gobierno apoyan esto?», habría dicho Piñera, refiriéndose a Sebastián Torrealba, Karin Luck, Catalina del Real, Francisco Eguiguren, entre otros. «Sí», fue la respuesta al otro lado del teléfono.
En La Moneda entonces se decidió agendar la cita que lideraría el propio Jefe de Estado, quien recibiría, entonces, solo a Desbordes y a Santana, acompañado por su jefe de Gabinete.
TRABAJO PRELEGISLATIVO
«Le dijimos al Presidente que si no sabemos lo que va a ingresar y entra algo (al Congreso), él tiene que comprender que hay cosas en las que podemos no estar de acuerdo y, por lo tanto, en ese minuto, le vamos a pedir al Gobierno conversar posibles correcciones; él está llano a aquello», dijo ayer Desbordes al ser consultado por «El Mercurio» acerca de la cita del lunes pasado.
En ese aspecto, desde la bancada reforzaron que hay cierto recelo en cuanto a la «consideración» que tendría el Ejecutivo hacia iniciativas suscitadas por el partido y, según acusaron desde la tienda, existirían casos en que proyectos «no son apreciados al ser socializadas por un parlamentario RN, pero sí al momento de hacerlo uno de las filas de UDI o Evópoli».
Al ser abordado, Desbordes explicó ayer que «hay mucha iniciativa de nuestros parlamentarios que han sido informadas en el Gobierno y, en algunos casos, lamentablemente, han sido ingresadas directamente por el Gobierno sin avisarle al parlamentario y en otros casos temas que están súper contingentes y no hemos logrado que se prioricen».
De hecho, el propio diputado ejemplificó con situaciones. «El Ejecutivo es el que les pone urgencia a los proyectos y, por lo tanto, sin su apoyo nuestros proyectos personales no pueden avanzar. Uno de los ejemplos es el proyecto que yo mismo presenté para transformar en agravante el que adultos utilizaron a menores de edad al cometer delitos y, como no tiene urgencia, está guardado. Lo mismo ocurre con una serie de materias medioambientales del diputado Torrealba, o del apoyo que necesitaba el diputado (José Miguel) Castro de Antofagasta para proyectos que abordan la contaminación lumínica», dijo Desbordes.
Otros diputados consultados al respecto optaron por no referirse a esta preocupación, pues apuestan a «esperar los gestos y acciones concretas» por parte del Gobierno. Sin embargo, hay quienes ya percibieron una primera señal: la remoción de Jorge Ulloa en la intendencia del Biobío. «Golpeamos la mesa y el Ejecutivo respondió a algo que venimos pidiendo hace meses», dijo un diputado RN ayer.
En tanto, Desbordes valoró el diálogo logrado con el Presidente.»Lo que queremos es mayor complicidad en el sentido positivo de la palabra entre el Ejecutivo y la bancada de Renovación. Pido mayor coordinación, mayor trabajo en equipo, valoro el trabajo que está haciendo (Gonzalo) Blumel, pero no podemos pedirle que se haga responsable del más mínimo detalle de los proyectos, eso lo tiene que hacer cada ministro sectorial», dijo.
En ese sentido, remató que «esta es una preocupación generalizada en el partido y el Presidente tiene súper claro lo que hay que hacer y siempre ha estado llano a conversar y eso lo agradezco mucho. El ministro Chadwick también ha sido un apoyo para todos nosotros y por eso nos acompañó en la reunión».
«BAJO PERFIL»
Consultado el líder de RN sobre si cree que el Gobierno ha favorecido a un partido sobre otro, dijo: «No creo; lo que pasa es que a veces los parlamentarios de Renovación somos de más bajo perfil, reclamamos menos. Yo he votado el 100% de los proyectos a favor y como hacemos menos presión, el resultado para nosotros, en algunos casos, no es el que quisiéramos».
Eso sí, el diputado llamó a cuidar la coalición por parte de los mismos partidos oficialistas e incluso del Gobierno. «Hemos insistido mucho en que tenemos que construir cultura de coalición entre todos, que Chile Vamos marque 40 puntos es una noticia muy positiva, que marquemos más que el Gobierno, bueno, eso es circunstancial porque yo sé que el Gobierno va a mejorar mucho», concluyó. (El Mercurio)



