La ex ministra Mariana Aylwin oficializó hoy su renuncia a la Democracia Cristiana, junto con la salida de otros 30 militantes cercanos al grupo “Progresismo con Progreso”
La decisión se enmarca en las tensiones con el partido por su decisión de no respaldar a Alejandro Guillier en segunda vuelta, por lo que varias de sus figuras más relevantes enfrentan presentaciones ante el Tribunal Supremo del partido.
Entre las figuras que renunciaron mediante una carta a la mesa nacional, se encuentran el ex subsecretario Clemente Pérez, el ex ministro Hugo Lavados y el ex superintendente Álvaro Clarke.
Esta semana también había renunciado el ex ministro de Salud, Pedro García, que también formaba parte de ese bloque.
MIRIAM VERDUGO
Ante esto Miriam Vergudo, presidenta interina de la DC, declaró que “estamos viviendo una crisis hace bastante tiempo, que tiene que ver con lo electoral, tiene que ver con la convivencia interna, pero todas las crisis pueden ser también un punto de partida para reflotarnos”.
“Eso es lo que esta mesa directiva quiere hacer, por eso mismo nos hemos propuesto un itinerario que implica renovar la directiva, e iniciar un congreso ideológico, y también reformularnos como estructura partidaria. Y para eso queremos que el estatuto sea reformado y que dé cuenta de lo que realmente es el Partido Demócrata Cristiano”, agregó Verdugo.
Sobre el proceso que enfrentaba Aylwin en el Tribunal Supremo del partido, Verdugo dijo “entiendo que si hay una renuncia no debería seguir un proceso“.
La presidenta interina dijo que lo que hicieron en el caso de esta acusación fue “allegar antecedentes respecto de una declaración que encontramos nosotros era de gravedad, porque transgredía lo que son los acuerdo que ya tomaba el PDC en sus instancias institucionales, esto es Congreso y Junta Nacional, respecto a las acusaciones que estaban en el tribunal supremo, esas fueron instaladas por camaradas militantes de base y nosotros, como mesa, nunca tomamos la vía judicial como camino para enfrentar los disensos políticos”.
Sobre los costos políticos que ha tenido para el falangismo integrar la coalición de gobierno, Verdugo declaró “nosotros estimamos que la DC, cuando asumió integrar la Nueva Mayoría, asumió un programa de gobierno que fue reformista, bastante reformista, no lo veo como una izquierda refundacional, en ese sentido yo lamento algunas declaraciones de algunos integrantes de la izquierda, que hicieron dar un tono agresivo a las reformas que el país estaba pidiendo, el tema de la Reforma Educacional es un tema que la mayoría de los chilenos pide y es bueno hacerlo”.
Los hechos suceden después que el sector de la DC denomina Progresismo con Progreso no apoyara a Alejandro Guillier en su postulación presidencial.
LOS MOTIVOS DE LA CARTA
Los motivos, esgrimidos en una carta de renuncia, apuntan a que el partido «ha tomado un rumbo que -a nuestro juicio- se aleja de una visión propia de la sociedad, desdibujando su identidad».
En el texto, los ex DC critican que la Nueva Mayoría haya dejado de «ser una alianza de centroizquierda, al estar bajo una clara hegemonía de una izquierda refundacional».
Además, acusan que se ha «renegando del patrimonio de la transición y los gobiernos de la Concertación y abandonando a un vasto sector de la sociedad que no se sintió interpretado por el espíritu rupturista y de confrontación que la caracterizó».
A juicio del grupo, la derrota de Guillier se dio «frente a una derecha que logró interpretar el centro político» y se sumó a un «estancamiento del avance que el país había logrado en distintos ámbitos durante décadas anteriores».
MARIANA AYLWIN
Durante la tarde, la ex ministra de Educación, Mariana Aylwin, se refirió a su renuncia a la Democracia Cristiana junto a otros 30 militantes pertenecientes al movimiento «Progresismo con Progreso».
En conversación con 24Horas, Aylwin afirmó que su salida de la DC se produjo «básicamente, es un tema de diferencias políticas que nosotros vemos que no se van a resolver al menos en el mediano tiempo».
En ese sentido, la hija del ex Presidente Patricio Aylwin enfatizó en que hubo una acumulación de cosas que culminaron en su renuncia y que «yo creo que esto ha venido produciéndose lentamente y al final uno llega a la conclusión de que no está en el lugar donde puede ejercer una influencia o un aporte conforme a lo que uno piensa».
Asimismo, al ser consultado sobre su continuidad en el mundo político, la ex ministra de Ricardo Lagos aseguró que hasta el momento «no he pensado sobre el futuro».
En tanto, el ex subsecretario de Obras Públicas, Clemente Pérez, quien también renunció a la Democracia Cristiana durante la jornada, aseguró que «nos ha costado encontrar un clima de fraternidad y de calidez que permita la conversación y forma parte de un partido político el tener opinión y poder decirlas».
«Yo entré en plena dictadura en la Democracia Cristiana, defendiendo el derecho de otros a poder expresar su opinión y porque nosotros decimos lo que pensamos, se nos acusa y se solicita nuestra expulsión. Esa no es la DC de la que nuestro grupo espera ser parte y por eso es que estamos dando un paso al costado», agregó Pérez.
Asimismo, aseguró que «nosotros vamos a seguir en política, no nos vamos a ir para la casa. Vamos a seguir defendiendo con fuerza nuestras posiciones».
LOS NUEVOS ESCENARIOS
Emol consultó a tres analistas políticos sobre el futuro que se abre para la DC.

Mauricio Morales, director del Centro de Análisis Político de la U. de Talca: «Va a generar un nuevo equilibrio de poder dentro de la DC, dado que el bloque de centroderecha ya está ausente y esto le abre el paso ya sea a la disidencia o simplemente a formar una mesa de consenso. Queda por verse qué va a hacer este grupo en términos políticos de aquí en adelante: ¿Va a formar un nuevo partido o se va a privatizar completamente?
La sensación con la que queda parte importante de la DC es «por qué este grupo no dio la pelea interna», por qué no levantó una lista para pelear por la presidencia del partido y por qué en lugar de dar esa lucha prefiere dar definitivamente un paso al costado. Mucha militancia queda con el sentimiento de que estas personas se aprovecharon del partido para acceder a cargos de poder y con eso tener mejores vidas, y una vez que ya no les podía dar lo que ellos estaban demandando, deciden renunciar. Esto naturalmente rebaraja el naipe de posibilidades respecto a la persona que pueda ocupar la presidencia del partido.

Gonzalo Müller, director del Programa de Opinión Pública de la U. del Desarrollo.»La crisis que vive la DC es la natural respuesta frente a la tensión acumulada durante mucho tiempo entre aquellos que responden más a una tradición de centro, propia de la Falange desde siempre, y aquellos que ya se han ido mimetizando cada vez más con posiciones de izquierda. La DC no resistió la tensión de alejarse del giro a la izquierda que vivió la Nueva Mayoría. Ante este escenario, sin duda que para Chile Vamos es una oportunidad de avanzar hacia el centro y de demostrar que es una coalición capaz de crecer y ampliarse hacia posiciones más de centro, pero creo que aquellos que recién han roto un vínculo tan extenso con la DC es difícil que lo reconstruyan rápidamente en otro lugar.

Cristóbal Bellolio, académico de la Escuela de Gobierno de la U. Adolfo Ibáñez.-«No creo que esto signifique el fin de la DC, porque el grupo que lidera Mariana Aylwin tiene mucha tribuna mediática, pero en términos de la representación de las bases no parecen ser una corriente mayoritaria. Los senadores y diputados más importantes que ganaron en la última elección representan al ala contraria: Yasna Provoste, Francisco Huenchumilla, Ximena Rincón. Se está yendo una facción disidente que no tiene arrastre electoral mayor, que es literalmente un poder fáctico en el sentido de que su poder tiene que ver más con las posiciones que ostentan fuera del escenario democrático. ¿A dónde se irán? Yo creo que a ningún lado. Es flotar un poco en el espacio, que no existe. Se quedan sin pan ni pedazo, es una renuncia tardía que genera un efecto político en la medida en que es un partido que se está desangrando y sufre una pérdida mayor, aunque no sé cuánto los vayan a echar de menos, a pesar de que se trate de un apellido simbólico para el partido.
(La Tercera/La Nación/Emol)



