El ex Presidente Sebastián Piñera tuvo esta noche un tenso diálogo con los panelistas de «Tolerancia Cero», Mónica Rincón y Daniel Matamala, luego de que ambos le pidieran aclarar si en 1992 compró la quebrada empresa Industrias y Desarrollo para usar sus pérdidas con el fin de pagar menos impuestos. Tras insistir en que esto no fue así y que pagó los impuestos que exigía la ley, el ex Presidente cuestionó a ambos periodistas.
Sobre Rincón dijo que «no era el oráculo de la verdad» y evidentemente molesto, le recordó a ella y Matamala las opiniones que expusieron en redes sociales y el noticiero que conducen en CNN respecto de las acusaciones que recibió por el caso Exalmar, sin retractarse posteriormente. Y tras reiterarles que fue absuelto por los tribunales, los emplazó señalándoles que «creo que los catones de la moral que se autoasignan esa posición nunca me han gustado. Por algo en los tiempos de los romanos la palabra catón, el censor, era una mala palabra».
La discusión no terminó ahí, ya que Matamala le argumentó al ex Mandatario que en Chile «existía libertad de opinión y que un Presidente debe tener claro las cosas que son delitos y otras que son objeto de cuestionamientos (…) Jamás ni Mónica ni yo hemos dicho que usted cometió un delito en el caso Exalmar, sí podemos tener una opinión con respecto a si su actuación puede ser políticamente correcta».
Ante ello, Piñera retrucó: «La cosa penal la juzgan los tribunales, y declararon que era inocente; la cosa ética la juzga la conciencia y los que creemos (en)… Dios; y la cosa política la juzgan los ciudadanos. Usted puede tener la opinión que quiera, pero usted no es juez ni mi conciencia, ni tampoco es la ciudadanía. Ni tampoco es Dios, a pesar que a veces algunos tienen dudas». Origen de la discusión La discusión se inició cuando Fernando Paulsen le dijo a Piñera a mitad del espacio de debate que «ambos tenían prontuario», porque en algún momento debieron acudir a tribunales por diferentes motivos.
Y que si él ahora, aunque fuera legal, tomaría decisiones de otra manera a como lo hizo en el pasado. En esa línea, le preguntó si volvería hacer operaciones como las realizadas con las denominadas empresas «zombi». Así se denominó a las operaciones que hicieron algunas empresas al comienzo de la década de los 90′, que compraban otras compañías quebradas para usar sus pérdidas y declarar ante el Servicios de Impuestos Internos menos utilidades y así pagar menores tributos. «En primer lugar se dicen muchas cosas. No sabía que usted tenía prontuario», le respondió a Paulsen. «Se dicen muchas cosas que no son ciertas. Se me ha atacado inmisericordemente por el tema de empresas filiales (en los denominados paraísos fiscales). Por eso es lo mismo que hacía Codelco, que por una razón operativa (tenía filiales fuera de Chile) porque simplificaba las cosas, y tributariamente no significaba ninguna diferencia».
Sin embargo, Piñera agregó: «Como ha cambiado el estándar de las cosas, hoy tenemos una ciudadanía mucho más informada. Uno tiene que cuidar las cosas que hace, y así evitar las críticas políticas que tergiversan la realidad». Fue entonces cuando Rincón retomó el tema de las empresas «zombi» recordándole al candidato que él pagó 817 millones de pesos, en 1992, por una empresa como Industrias y Desarrollo que no tenía ningún activo ni financiero ni físico, tampoco tenía empleados, y que luego le cambió el nombre por Inversiones Bancard Limitada. Sólo tenía una pérdida de arrastre de 44 mil millones de pesos. Y que para lo único que le pudo haber servido es que le haya ayudado a pagar menos impuestos. «En primer lugar, esa empresa la vendió el Estado de Chile a través de la Comisión Progresa. Quien fue el vendedor fue el Estado de Chile», señaló. «Eso no es efectivo. La comisión no era estatal. Era una liquidadora de bancos», aseguró Rincón, recibiendo como respuesta del invitado que «estaba mal informada». Y ante la insistencia de por qué la compró, un molesto Piñera dijo que «era una empresa que tenía 100 años de historia, que lo vende indirectamente el Estado de Chile, que hace una oferta pública, publicaron en los diarios que se vendía esta empresa y, por tanto, estaban llamando a compradores y muchas empresas chilenas, cada una tendría sus razones, decidieron comprar (…) Nos parecía que era una empresa atractiva». Junto con ello, lamentó que le hicieran preguntas «con información inadecuada, que no me parece correcto». La discusión siguió por varios minutos y antes de cerrar el tema, al calificar a los periodistas de «catones de la moral», Piñera dijo que pagó todos los impuestos que le exigía la ley y que no se usaron todas las pérdidas de la quebrada empresa. Apitutados
Previamente, al inicio del programa, el postulante de Chile Vamos dijo que estaba «arrepentido» de calificar como «apitutados» a los parientes de la candidata Carolina Goic (DC) que trabajan en el sector público. Explicó que las críticas contra la senadora las señaló tras recibir «ataques brutales» de sus rivales. A su vez, Piñera reiteró que buscará los consensos y la unidad en caso de triunfar en las elecciones presidenciales, con el fin de eliminar la «perversa lógica de la retroexcavadora» con que el sector político gobernante ha actuado en los últimos cuatro años. También se comprometió a entregar educación parvularia gratuita y univeral. Además, dijo que una de sus propuestas es que a 2020, el 80% de los trámites que involucren realizar papeleos con organismos estatales se puedan hacer por teléfonos celulares inteligentes, siguiendo el modelo que ya se usa en Inglaterra y en Nueva Zelanda.
Emol/Agencias


