Una toma indefinida iniciaron el 12 de abril pasado un grupo de 137 estudiantes de la carrera deInterpretación y Docencia Musical de la Universidad de Talca en protesta –según denuncian- porque son formados por algunos “profesores ineficientes” y por los “despidos injustificados” de académicos de calidad.
“¿Dejaría el lector que un cardiólogo imparta una cátedra de Odontología? Obviamente no hay necesidad de responder esa pregunta, pero haré otra que sí permite cuestionamientos: ¿Por qué un profesor de violín imparte una cátedra de violoncello? Es igual de ridículo, ¿verdad? Estamos hablando de un instrumento diferente, con técnica distinta a las del violín. Es cosa de observar la diferencia de tamaño entre ambos instrumentos, cómo se toman o cómo suenan. Cueste creerlo o no, esa es la situación que estamos viviendo los estudiantes” del plantel, señalaron voceros de los alumnos a La Nación.
Los jóvenes alegan que “los estudiantes, mis compañeros, los futuros músicos de Chile que serán los encargados de la formación artística del país, van a ser formados por alguien que jamás, nunca en la vida, ha perfeccionado su trayectoria de cellista más allá de una aproximación amateur”.
DECEPCIÓN
Los jóvenes, admitieron, estar “profundamente ofendidos y decepcionados no sólo de la directiva de la escuela, sino de todos los altos mandos de la universidad, quienes no hacen más que esconder los problemas internos de la carrera alardeando la excelencia de la orquesta y la calidad del coro que hay hoy en día”.
Los estudiantes lamentan haber llegado “a algo tan extremo como lo es una toma, medida que crea un desgaste en todas las dimensiones imaginables”.
Están conscientes de que perderán clases, pero están dispuestos a recuperarlas en vacaciones “que son instancias donde muchos vemos a nuestras familias, cuestión particularmente importante para quienes provenimos de lugares alejados”, remarcaron.
“Este sacrificio es el que debemos tomar para lograr nuestro principal objetivo: que se haga oficial la contratación de un profesor de cello que cuente con las competencias necesarias para formar profesionales y no alguien, como el profesor Patricio Cobos, que se ha desempeñado en dicho instrumento solo como un hobby”, indicaron.
Los jóvenes reconocen que la toma es un desgaste, “pero cuando el cuerpo está derrotado es nuestro espíritu de lucha el que nos levanta y nos hace continuar de aquí al final. Es momento de que los estudiantes demos un paso al frente para poner en cuestionamiento el carácter que asumen las instituciones de educación superior bajo la actual concepción de rol público que como hemos visto en la práctica no se traduce a nada. La reconstrucción y expansión de la educación pública debe ir acompañada de una forma distinta de comprender el funcionamiento de las instituciones educacionales, en donde no quepan burlas a los estándares mínimos de calidad”.
