En medio de la polémica por el anuncio de que retomaría sus labores en la Convención Constitucional, la Fiscalía Metropolitana Centro Norte sigue con las pesquisas en la causa penal en contra de Rodrigo Rojas Vade por el delito de perjurio y estafa, ambos ilícitos relacionados con su falso cáncer.
A las declaraciones prestadas por su entorno, que incluyen a sus compañeros de la Convención, familiares y su pareja (al momento de entregar su testimonio), se sumaron la entrega de los antecedentes bancarios y médicos del indagado.
El 10 de diciembre pasado, el 7° Tribunal de Garantía de Santiago autorizó el acceso a las fichas médicas de Rojas, tanto de la clínica Bupa y como de la Alemana. Luego de que fueran remitidas a la fiscalía, ahora están en poder del Servicio Médico Legal (SML) para que pueda determinar las verdaderas patologías del convencional y si estas le «impiden hacer una vida normal».
Quienes conocen los detalles de la investigación, señalan que si bien el estado de salud de Rojas puede ser claro a grandes rasgos, sobre todo para establecer que no tenía cáncer y presentaba otras dolencias como la púrpura y sífilis, es necesario que se pronuncie un organismo especializado al respecto y que realice un «informe médico legal».
Ahora se espera que el SML emita un informe con los detalles de las enfermedades del convencional, que permitan a la fiscalía adoptar una decisión sobre formalizar o no el caso por perjurio e incluso por estafa, si es que se comprueba la recolección ilegal de dinero con la enfermedad fingida.
RELATO DE PAREJA
A la carpeta de investigación ya se sumaron las declaraciones prestadas por el entorno de Rojas. Como su pareja al momento de los hechos, quien reveló ante los investigadores que no sabía del engaño. «Respecto de lo que se me consulta, debo señalar que recién me vine a enterar de sus reales patologías unos dos días antes de que él diera a conocer que su enfermedad real no era cáncer.
En la actualidad Rodrigo padece una enfermedad llamada púrpura, Behcet y sífilis, sin embargo ignoro si esta última aún se encuentra activa«, dijo el testigo.
También detalla que no era parte de las sesiones donde el convencional se hacía los supuestos tratamientos para la leucemia: «Siempre iba solo, nunca fue acompañado por un familiar, a lo más yo lo llevaba hasta el centro asistencial y luego me retiraba».
Y agrega que «sin embargo, sí lo acompañé en aquellos casos de urgencia hasta los centros asistenciales por algunas complicaciones médicas (…) no sabría decirle y contestarle si es que efectivamente él me señalaba que se iba a realizar su tratamiento médico, entendiendo que su enfermedad era una leucemia, por lo que su tratamiento obedecía a una quimioterapia«.
«NUNCA ME HA PEDIDO PLATA DIRECTAMENTE»
Los costos de la enfermedad de Rojas también fueron abordados por el testigo. «Respecto de su tratamiento médico y de cómo él costeo esos gastos, puedo señalar que lo ha hecho él, con sus propios recursos. Además entiendo que parte de esos costos han sido amortiguados por un seguro de la Clínica Alemana, asociadas a su plan de salud. A su consulta, él nunca me ha pedido plata directamente, sino que he sido yo, por iniciativa propia y, entendiendo el rol de nuestra relación, he asumido algunos gastos extras, pero nunca relacionados con sus tratamientos», detalla.
Uno de los temas clave en el caso, para determinar un eventual delito de estafa, son las rifas y recaudaciones valiéndose de la falsa enfermedad. En esta materia, declara que solo sabía de una realizada en 2020 con una recaudación de «aproximada de unos 12 a 13 millones de pesos, según lo señalado por el propio Rodrigo». (Emol)
