Mauricio Rojas enfrenta polémica por sus dichos sobre Museo de la Memoria

Mauricio Rojas enfrenta polémica por sus dichos sobre Museo de la Memoria

Compartir

Fue una polémica instalada a menos de dos días de asumir el puesto. Las frases de Mauricio Rojas, hasta el jueves jefe de contenidos de la Presidencia y hoy Ministro de las Culturas, donde cuestionaba en un libro y una entrevista suya al Museo de la Memoria en duros términos generaron una controversia que, hasta el momento, ha generado fuertes reacciones en la oposición e incluso pedidos de su salida del cargo al que recién llegó.

En conversación con Reportajes de La Tercera -y en adelanto de una entrevista que será publicada este domingo-, Rojas busca fijar dos puntos centrales: que hoy no piensa lo mismo que en 2015 y 2016, fecha donde planteó sus cuestionamientos al museo que está bajo su administración, y que jamás ha justificado ni negado las violaciones a los derechos humanos cometidas en el régimen de Augusto Pinochet.

-Usted señaló que el Museo de la Memoria “más que un museo se trata de un montaje cuyo propósito que sin duda logra, es impactar al espectador dejarlo atónito, impedirle razonar”. Comentó que tenía un “uso desvergonzado y mentiroso de una tragedia nacional que a tanto nos tocó tan dura y directamente”. declaraciones11 AGO 2018

-Esos dichos están sacados de entrevistas anteriores, no sé exactamente de cuándo son, y no reflejan mi posición actual. Primero, nunca he minimizado las violaciones de derechos humanos que se cometieron en Chile. Eso yo lo he condenado siempre, fue absolutamente inaceptable fueron violaciones sistemáticas y terribles que me afectaron muy cerca: mi madre estuvo en Villa Grimaldi, por lo tanto, tengo una cercanía directa con eso. Y hoy toda expresión que nos divida, que nos confronte, es para mí algo que no tiene lugar. Debemos buscar todo lo que nos una y dejar de lado lo que nos ha dividido y buscar un espíritu distinto para avanzar, por lo tanto, esos dichos no reflejan mi posición actual, ni menos son una forma de minimizar, justificar o aceptar hechos que son absolutamente condenables.

-Sin embargo, fueron dichos que usted manifestó y que pensó en ese momento. ¿Cree que fueron un error? ¿Se arrepiente?

-Creo que en ciertos momentos, con polémicas distintas y momentos distintos uno expresa ideas que al leerlas después uno dice: ‘esto no debí haberlo expresado así’. Especialmente, lo que más me duele es que alguien pueda plantearlo como que se estuvieran justificando lo que ocurrió en Chile porque siempre he condenado las violaciones de derechos humanos que para mí no fueron hechos circunstanciales, ni por algún subordinado, sino que fueron una política de estado, de violación de Derechos Humanos. Hoy lo importante para mí como ministro es dejar de lado lo que nos divide y concentrarme en la tarea futuro, que tiene que basarse en la unidad y que tenemos que ser bastante generosos. Ese artículo y esas palabras no son parte de ese espíritu y, por lo tanto, hoy día eso está muy lejos de lo que yo tengo que decir, lo que debo decir y lo que quiero decir.

-De alguna manera a veces se suele vincular a la izquierda con una mayor cercanía al mundo de la cultura. Tomando en cuenta que usted fue del MIR, es un converso y ha sido crítico con la izquierda, ¿no cree que le puede afectar con ciertas organizaciones que se vinculan más a esa línea?

-Creo mucho en el diálogo y en la creación de un terreno común, donde no está tu historia personal. Porque estamos hablando de un país: del bien de los chilenos. Creo que cualquier persona que tenga un poco de altura de miras va a hacer lo mismo. Esto es lo que ha estado pasando con los acuerdos nacionales, con las mesas de trabajos, donde hemos visto que viene gente de la DC, del PPD y del Frente Amplio que ha sabido priorizar el interés común. Seguimos pensando distinto en muchos terrenos, pero dicen en seguridad, en niñez, tenemos algo que podemos acordar. Y en Cultura, estoy seguro que vamos a tener muchas cosas en las que vamos a coincidir. La idea de democratizar de verdad la cultura creo que es una idea que podría reunir un gran consenso. Me cuesta imaginar que alguien políticamente responsable, con altura de miras, me dijera ‘yo no quiero que la cultura llegue a todas partes de Chile’. No lo veo.

COMISIÓN DE DDHH

A 48 horas del ajuste de gabinete, y cuando la salida de Gerardo Varela de Educación daba un respiro a La Moneda respecto de los errores no forzados de los ministros, el recién nominado titular de las Culturas, Mauricio Rojas Mullor, volvió a encender la alarma en Palacio por las críticas realizadas hace dos años al Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, palabras que recibieron el repudio conjunto de la oposición y del mundo artístico.

Ello luego de que La Tercera publicara un perfil de quien fue el speechwriter del Presidente Sebastián Piñera en que se destaca una conversación sostenida con el canciller Roberto Ampuero en el libro de ambos Diálogos Conversos (2015), en que Rojas señala que el museo es “un montaje cuyo propósito es impactar al espectador, dejarlo atónito, impedirle razonar. Es una manipulación de la historia”. Ampuero acotaba al respecto que “no es un museo nacional, es un museo de mala memoria”.

En una entrevista con CNN en 2016, Rojas Mullor reafirmaba sus cuestionamientos y acusaba que se buscaba “contar una versión falsa de la historia de Chile (…) es algo para que la gente no piense, para atontarte”.

Aunque durante la tarde se retractó de sus dichos y adujo que “no reflejan mi posición actual”, la polémica ya estaba instalada y desde la Cámara la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos, Carmen Hertz, aseguró que va a “proponer a la comisión que lo cite para que explique sus dichos aberrantes sobre el museo, y que reflejan negacionismo. Alguien así no puede ocupar un cargo público, menos aún ser ministro”.

Miguel Crispi (RD), integrante de la comisión, está de acuerdo con convocar al personero ya que, sostiene, “debe explicar si su posición afectará de algún modo el financiamiento del museo, que depende de su cartera, y también sería interesante conocer cuándo cambió de opinión, porque en 2016 decía una cosa y asegura que ya no piensa lo mismo”.

En tanto, desde la Comisión de Educación del Senado, los legisladores de la oposición Yasna Provoste, Jaime Quintana y Juan Ignacio Latorre informaron que retiraban la invitación al secretario de Estado de acudir a la instancia, cursada originalmente para este lunes, a la espera de que ofrezca disculpas.

Desde la Comisión de Cultura, su presidente, Marcelo Díaz, señaló que Rojas debe “dar un paso al costado”. El ministro está citado para la sesión del martes, pero integrantes de la comisión como Alejandro Bernales (PL) pedirán que se excuse antes de ingresar.

También se sumaron a los reproches a Rojas Mullor el presidente del Senado, Carlos Montes, y su par de la Cámara, Maya Fernández.

En el mundo de las artes, el premio nacional de Literatura, Raúl Zurita, llamó a los artistas a restarse de actividades encabezadas por el titular de las Culturas en pos de la dignidad, y el guionista de Una mujer fantástica, Gonzalo Maza, aseveró que “efectivamente quieren borrar la historia, efectivamente quieren repetirla”.

SIN REDES

Rojas Mullor no milita en ningún partido político de Chile Vamos y su nombramiento obedece a la cercanía que desarrolló en los últimos años con Piñera. La falta de redes es uno de los puntos que resonó hoy frente a su bullado estreno como autoridad.

De hecho, fue una de las hijas del jefe de Estado, Magdalena Piñera Morel, quien defendió el punto de vista original del ministro sobre la esencia del museo.

Argumentó en Twitter que “el Museo de la Memoria, de carácter privado, pero financiamiento público, cuenta una mirada, con verdad, pero una verdad. Lo bueno sería que fuera un museo dependiente de la institucionalidad gubernamental, donde un consejo de expertos pueda construir un relato que una a los chilenos”. Posteriormente agregó que el museo debía ahondar en “el largo proceso de división, odiosidad, violación de DD.HH. desde antes del 73 y después de esa fecha”. Los comentarios fueron borrados durante la tarde.

Una posición similar tuvo la presidenta de la UDI, Jacqueline van Rysselberghe, quien adujo que “es cierto que hay una parte de la historia que el museo no cuenta y que tiene que ver con cómo se llega al gobierno militar. Repudiar las violaciones a los DD.HH. y reconocer que falta mostrar todo lo que pasó no es contradictorio”, adujo.

La Tercera/Agencias

Dejar una respuesta