Sebastián Piñera, Felipe Kast y Alejandro Guillier tienen algo más en común que ser candidatos a la presidencia, pues todos han sido agredidos en medio de actos de campaña. Con agua, cervezas y chicles, algunos ciudadanos han expresado su descontento con los representantes del mundo político.
Desprestigio de la clase política, falta de representatividad, desconfianza y descontento, serían según los expertos, las motivaciones que llevaron a algunos chilenos a ejercer este tipo de acciones en la vía pública.
«¿Qué significa una agresión? La invasión del espacio del otro. De alguna forma creo que esta agresión está mostrando que ese malestar o rabia que se tiene contra la autoridad por el gran desapego que han tenido para resolver los problemas de la vida cotidiana de las personas o por la gran corrupción que estamos viviendo a nivel país, los ciudadanos están tratando de demostrar una suerte de escarnio público», dijo la directora del Departamento de Sociología de la Universidad Alberto Hurtado, María Paz Trebilcock.
Con ella coincide el académico de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Playa Ancha, Francisco Báez, quien agrega que «la cuestión de la desigualdad económica, las injusticias sociales que están patente en el país, claramente van estableciendo ahí un deterioro de la imagen de los representantes políticos que supuestamente tienen que dar respuestas a una serie de situaciones sociales».
Por su parte el doctor en Sociología Política y autor del libro «¿Por qué los jóvenes chilenos rechazan la política?», Juan Ignacio Venegas, resaltó que existe una idea negativa a la forma en que estos líderes ejercen su rol en Chile, y por ende se está cuestionando su representatividad. Eso sí aseguró que estas agresiones fueron realizadas por grupos aislados y no coordinadas por organizaciones.
Además precisó que la población rechaza estos actos y no lo considera una medida eficaz para solucionar los temas expuestos. «La gente en general condena esto, si bien puede haber algunos que están a favor de estos medios, lo que esto muestra es un sentimiento de malestar de la política que la gente comparte y que tal vez ahora se está canalizando con otras coaliciones, como el Frente Amplio. Pero una cosa es compartir el trasfondo de estar enojado con un político tradicional, pero no la forma», añadió Venegas. (Emol)


