Con el resultado de la primera vuelta, donde el Presidente electo obtuvo el segundo lugar, se planteó para esa candidatura la necesidad de buscar mayor respaldo ciudadano de cara a la segunda vuelta. Lo anterior se logró con un sólido triunfo de Gabriel Boric. Colaboró en parte importante a ese triunfo la decisión unánime de los partidos derrotados en la primera vuelta del Nuevo Pacto Social de apoyar incondicionalmente a Boric en la segunda vuelta.
Es así como el Partido Socialista, el Partido por la Democracia, el Partido Radical y el Partido Liberal, a horas del resultado de primera vuelta, dispusieron del total apoyo para el candidato de Apruebo Dignidad. Asimismo, la Democracia Cristiana en su máximo órgano de dirección, la Junta Nacional, aprobó, por una enorme mayoría respaldar al candidato de la izquierda.
Desde el momento del triunfo, el Presidente electo tuvo tres opciones para incorporar a las fuerzas del Nuevo Pacto Social a su proyecto de gobierno. Una alternativa era seguir el modelo portugués, es decir, el gobierno en manos de Apruebo Dignidad y un acuerdo político legislativo con los partidos de la centroizquierda en el Parlamento. Otra opción era incorporar personas de esos partidos, obviamente con la anuencia de estos últimos, pero sin contemplarlos en el gobierno. Y finalmente la tercera opción era incorporar a los partidos de la centroizquierda a la gestión del gobierno y asumir corresponsablemente los éxitos y fracasos de este último. Con la nominación de su gabinete quedó reflejada la integración de una parte importante del Nuevo Pacto Social a la gestión de gobierno, con la excepción de la Democracia Cristiana, que en la junta nacional referida, junto con respaldar al candidato Boric en segunda vuelta, decidió no incorporarse al futuro gobierno.
Dicho lo anterior, el Presidente electo Boric será acompañado en su proyecto, a nivel Ejecutivo y Legislativo, por su propia coalición, Apruebo Dignidad, y por el autodenominado bloque del “Socialismo Democrático” integrado por el PPD, el Partido Socialista, el Partido Radical y el Partido Liberal. Este bloque se incorpora al gabinete con siete ministros: cuatro del Partido Socialista; uno del PPD; uno del Partido Radical y uno del Partido Liberal. El criterio anterior, es decir la incorporación del bloque del socialismo democrático, se profundizará en los próximos días con los nombramientos pendientes, como las subsecretarías, las direcciones nacionales de servicio y de las otras múltiples funciones y responsabilidades del Poder Ejecutivo.
Con la decisión inteligente del Presidente Boric, su fuerza parlamentaria, clave para el éxito de su gobierno, parte con 67 diputados y diputadas, 37 de Apruebo Dignidad y 30 del bloque del “Socialismo Democrático” en la Cámara de Diputados. Asimismo, en el Senado, con la decisión mencionada y acertada, inicia su mandato con una fuerza de 19 senadores; seis de Apruebo Dignidad y 13 del bloque del “Socialismo Democrático”. Sin embargo, estas fuerzas en ambas cámaras son aún insuficiente para lograr la mayoría en la Cámara de Diputados y el empate con la derecha en el Senado, considerando que la mayoría en la Cámara de Diputados son 78 parlamentarios y el empate en el Senado se logra con 25 senadores. Lo anterior obliga al gobierno del Presidente Boric a buscar algún tipo de acuerdo en la Democracia Cristiana, que logró ocho diputados y cinco senadores, y aún más, en el caso de los diputados, para lograr la mayoría hay que dialogar con los humanistas y los ecologistas.
El desafío de cumplir el programa, en consecuencia, en su dimensión legislativa, que es la más importante, obliga a la mayor disciplina y cohesión de las bancadas tanto de Apruebo Dignidad como del bloque “Socialismo Democrático”, terminando con las aventuras personales y el “discolage”, porque de otra manera se hace muy difícil cumplir con los compromisos programáticos comprometidos por el Presidente en su campaña y que abriga una enorme esperanza en la gran mayoría de los chilenos que lo respaldó. (El Mercurio)
Francisco Vidal
