Tagle (Icare): Cada escándalo empresarial obliga a aumentar estándares

Tagle (Icare): Cada escándalo empresarial obliga a aumentar estándares

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Cuando asumió la presidencia de Icare, Guillermo Tagle se planteó como uno de sus principales objetivos el “reconciliar al mundo empresarial con la comunidad”.

Transcurrido un año en el cargo, reconoce que no ha sido posible cambiar la tendencia y que los nuevos escándalos empresariales -Bilbao, Penta, colusión en navieras, que se suman al caso Cascada y La Polar- hacen difícil cumplir su desafío.

“Vemos que estos casos muy visibles han ido generando un cuestionamiento al sector, una desconfianza. Hay casos bastante graves y se genera un manto de duda de si acaso todo aquel que participa en el mundo empresarial termina trabajando con malas prácticas, o al revés, que si no trabajas con malas prácticas no subsistes. El mundo empresarial está absolutamente metido en el funcionamiento de la sociedad, y si no hay una relación armónica y de confianza, el futuro se va poniendo cada vez más complicado. Nos planteamos ese objetivo cuando se conocían unos pocos casos emblemáticos y teníamos la esperanza de que no surgieran otros adicionales. Pero durante el 2014 tuvimos el caso Cascada, y este año han aparecido estos otros casos”, dice el también director ejecutivo de IM Trust-Credicorp Capital.

¿Cómo ve estos casos, como Penta y Bilbao?

Creo que se pueden hacer distinciones. Uno es un grupo que entregaba plata en forma poco prolija, y otro es un caso donde alguien se hizo de plata  en forma impropia. Pero a ojos de la sociedad todo cae en el mismo saco: son empresarios, gente muy rica, trabajando fuera de los marcos correctos.

Cada vez aparecen más casos de escándalos empresariales. ¿Será que ha subido el estándar con que se les analiza o los empresarios no están a la altura?

Los estándares han ido mejorando y esa es la parte positiva. En la industria bursátil, por ejemplo, hemos tenido muchos hitos en los últimos veinte años, que han ido moviendo la frontera hacia un sistema más protegido, eficiente, con mayores resguardos. Así, cosas que eran prácticas de mercado, en un minuto suena una alarma y se corrigen. El caso Chispas es el más emblemático, en una época en la que no había regulación respecto de cómo se hacían los cambios de control en una empresa, y no estaba claro si acaso el controlador tenía derecho a vender a un precio distinto que los minoritarios. Y surgió una ley de OPA, y en adelante hemos tenido procesos de cambios de control ordenados.

Otros casos. Cuando yo partí trabajando, en 1994, hacía análisis de compañías, y había una práctica de mercado habitual que era que el borrador de las FECU de las empresas circulaba por el mercado antes de ser publicadas. Era la cultura del dato, y hoy eso ya no existe. Hemos movido la frontera.

¿Lo mismo cree que ocurrirá con los nuevos escándalos? 

Lo mismo. Puede haber existido la idea de que si hacías operaciones a través del extranjero, por ADR, quedabas fuera de los radares, pero después de este caso (de Juan Bilbao) eso no va a volver a pasar. En el pasado puede haber habido muchas personas que lo hicieron sabiendo que era algo ilícito pero que era indetectable, y esta es la primera vez que se sabe y cambia el estándar para bien.

Pero en Chile sigue ocurriendo que en muchas operaciones, antes de que se conozca un negocio, la acción de la empresa respectiva empieza a subir uno o dos días antes.

Es súper difícil detectarlo. Porque el que obtiene la información, ya sea el abogado o el ejecutivo, no va a comprar a su nombre, eso sería muy burdo. Para eso llama a un compañero de curso que vive en Temuco y le pide que compre tal acción… ¿cómo detectas eso? Ha habido varias OPAs con compañías que cotizan afuera y donde se han producido incrementos de volumen afuera. Es un desafío grande, y por eso es bueno que cuando se identifica un caso, se sancione, porque genera barreras de protección porque el día de mañana cuando cualquier persona quiera infligir esa norma, la tendrá que pensar dos veces.

¿No cree que sean los empresarios los que en realidad están jugando más al límite?

Creo que los estándares son cada vez más exigentes. Pero con cada una de estas bombas racimo que van explotando en distintos sectores se van subiendo los estándares. Lo mismo con la colusión, después de cada hito, tienden a corregirse en otras industrias donde, quizás, los gerentes hablaban con la competencia. Yo siempre tiendo mirar las cosas desde un lado optimista, y observar el lado medio lleno del vaso: todas estas cosas van moviendo la frontera y eso es positivo, aunque es lamentable que ocurran, pero ya no se van a usar más facturas ideológicamente falsas, nadie va a hacer uso de información privilegiada con sociedades en el extranjero, y esas son ganancias netas para la sociedad.

¿Por qué hace una distinción con el caso Penta?

El caso Penta lo distingo de los demás en el sentido de que es un grupo que todo el mundo sabía de qué afinidad política es, y que efectivamente con esquemas de boletas y facturas hicieron una estructura que no es correcta para sacar plata de la empresa y entregársela a quien querían ayudar.

Pero en el caso Penta también, de aquí en adelante vamos a tener un nuevo estándar donde las empresas no van a poder usar ningún tipo de facturas de cosas que no sean estrictamente de su giro.

Otro caso que le pega al mundo empresarial es el caso Caval donde la nuera de la Presidenta Bachelet consiguió un cuestionado crédito, de parte del Banco de Chile, tras reunirse -junto a su marido, hijo de la Mandataria- con Andrónico Luksic.

Cuando uno va asumiendo mayores responsabilidades el ámbito de lo que está en escrutinio público pasa a ser mucho más sensible. Si efectivamente fue una operación realizada desde un punto de vista comercial, como lo ha explicado el propio banco, podría no tener nada de particular. Pero desde el punto de vista del escrutinio público y de la prudencia, si tu mamá va a ser elegida Presidenta en dos meses, hacer una gran operación financiera que escapa en escala a todo lo que has hecho antes, a lo mejor es poco prudente.

¿Y  juntarse con el dueño del banco, considerando que es evidente que no se reuniría con el si no fuera hijo de la Presidenta…?

También. Hasta hoy con toda la información disponible, son un grupo de acciones poco prudentes, que además vienen del lado de los que han acusado a los que abusan del acceso al poder…

Y del otro lado, si al vicepresidente de un banco lo llama el hijo de la Presidenta para tener una reunión con él, es bien poco probable que no lo vaya a recibir. ¿Cómo no lo va a recibir? La vida es así, a uno muchas veces lo llama un amigo y te dice ayúdame a encontrarle pega a mi hijo, y uno lo recibe, y en cambio a otro que su papá no tiene contactos le va a costar mucho más. Es de la naturaleza humana.

¿Cómo se vuelve a generar confianzas entre el mundo empresarial y la comunidad?

Lo que tenemos que hacer es ver la forma de destacar los ejemplos empresariales. Es difícil porque tenemos claro que los medios tienen que informar las cosas que son más noticiosas, y el empresario que se porta bien, que paga buenos sueldos, no va a ser nunca portada. Parte de nuestro desafío es ver la forma de masificar la información de todas las cosas buenas que se han hecho, todos los emprendimientos, y estamos trabajando en eso para ver cómo identificamos esos casos positivos y los destacamos en la agenda 2015 (de Icare). Si se mira la lista de las empresas más grandes, no hay más de dos que también hayan estado en la lista de 1960. Ripley era un taller de confecciones en la calle San Diego al fondo. Paulmann partió atendiendo una hostería en La Unión. En Chile las grandes fortunas se forjaron en los últimos 30 años.

Pero dada la manera en que se ha dañado la confianza, ¿no cree que habría que hacer una campaña más agresiva? Jorge Errázuriz decía que los dirigentes empresariales deberían ser los primeros en salir a pedir más penas para los delitos económicos. 

Parte de la función de los gremios es velar por el buen funcionamiento de la industria, y por lo tanto, cuando hay amenazas que pueden afectar la estabilidad de tu industria, por malas prácticas de uno de sus miembros, hay que pedir castigo para que eso no vuelva a ocurrir. Yo no sé si corresponde al mundo privado pedir sanciones mucho más duras, o si corresponde al regulador, cada uno cumple su rol. Porque hay un tema ético cuando es un competidor tuyo el que está teniendo un momento de dificultad. No me parece éticamente muy correcto salir a vociferar que a este señor lo metan preso, si es mi competidor y por lo tanto yo me beneficio de eso. Otros dicen que los empresarios son un club de amigos, que no castigan socialmente a los malos empresarios. Yo creo que es relativo, hay casos en que ha habido castigo social, pero eso es entrar a la intimidad de si lo están invitando o no a la comida del grupo de amigos.

Cuál es su opinión respecto a la carta a El Mercurio del decano de Ingeniería Comercial de la Universidad Católica, José Miguel Sánchez, donde criticó estos escándalos y dijo que era necesario profundizar la formación de los profesionales.

Fue una buena carta y necesaria, porque la facultad ha generado una cantidad muy relevante de profesionales que hoy están insertos en el mundo empresarial, ministros de Estado, pero ocurre que hay cinco o seis egresados muy destacados que están involucrados en estos casos y que están bajo cuestionamiento. Tenemos que usar estas experiencias para nuevamente mover la frontera y subir el estándar y mostrarles lo que ocurre cuando las cosas no se hacen correctamente. De todo esto creo que vamos a ir construyendo un país mejor, más protegido. (Pulso)

 

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