Rodigo Peñailillo planifica su futuro post renuncia y caso SQM

Rodigo Peñailillo planifica su futuro post renuncia y caso SQM

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No fue a fondas, pero organizó un buen asado «dieciochero». Hasta su casa ubicada en un condominio del sector de La Reina alta, donde ha dado instrucciones al conserje de no dejar entrar a nadie que venga a buscarlo -y que paradójicamente está en la misma calle donde vive Sebastián Dávalos-, el ex ministro del Interior Rodrigo Peñailillo (PPD) invitó a «parrillar» a sus más cercanos amigos y a algunos de sus familiares que viven en la capital, para celebrar las Fiestas Patrias.
La actividad es una de las pocas que ha protagonizado desde que en mayo abandonó La Moneda. Desde su abrupta ruptura con la Presidenta Michelle Bachelet, tras una década de complicidad, el ex secretario de Estado optó por el ostracismo y un bajo perfil público para vivir su «duelo político», aseguran sus cercanos.
Pero en su círculo de confianza dicen que en las últimas semanas Peñailillo ha ido recuperando paulatinamente el buen ánimo. Y, a modo de ejemplo, señalan a «El Mercurio» que desde hace algunos días retomó su rutina deportiva. Si bien en un comienzo pensaba en salir a trotar, finalmente decidió hacer ejercicio en las máquinas que tiene en casa, como solía hacerlo hasta mayo, a las 6 a.m., antes de partir a La Moneda.
En los últimos cinco meses el ex titular del Interior redujo al máximo su vida social y tomó resguardos para no ser reconocido en público. Salía en contadas ocasiones de su residencia y cuando lo hacía, era durante la noche, a casa de amigos o fuera de Santiago.

Cuando se juntaba a almorzar en algún restaurant con sus conocidos, llegaba en un auto hasta un estacionamiento subterráneo -acompañado, pues tomó la costumbre de no manejar- y bajaba discretamente.

Además, retomó un antiguo número de celular que tienen sólo sus más cercanos. Uno de ellos, su hermano mayor, Marcelo, con quien mantiene un estrecho vínculo y a quien visita en Huechuraba con su familia.

Sus amigos aseguran que Peñailillo ha pasado algunos días en Tunquén y en el norte; también, que visitó familiares en Concepción, Cabrero y Coronel. Y que actualmente vive de sus ahorros -que ya están en sus últimas reservas-, por lo que en un momento evaluó la posibilidad de cambiarse de casa.

ACADEMIA PRÓXIMO DESTINO
En su círculo cercano señalan que el momento más complejo de su duelo ya pasó, que está volviendo «a ser el tipo sencillo que era». Incluso, retomó la costumbre de leer los diarios y analizar la coyuntura política con el objetivo de regresar en el corto plazo al mundo laboral.
Dos o tres ofertas de trabajo de centros de estudios políticos y desde la academia, son las que ha recibido el ex ministro, explican dirigentes del PPD. Clases en universidades, y asesorías en la Cepal o en la Fundación por la Democracia, que preside Sergio Bitar, serían las opciones que baraja. De hecho Bitar lo invitará especialmente para el lanzamiento que realizará en las próximas semanas de un libro escrito por él. De aceptar, sería la primera aparición pública desde que abandonó el Gobierno.
Sus principales confidentes son miembros de la G-90. Entre ellos, el ex jefe de gabinete de Nicolás Eyzaguirre en Educación, Harold Correa; el ex jefe de la Unidad de Conflictos de Interior, Flavio Candia, y el administrador de La Moneda, Cristián Riquelme.

A ellos les ha manifestado su desazón por su quiebre con la Presidenta Bachelet, con quien no volvió a hablar desde el cambio de gabinete. También ha dejado entrever su malestar con la jefa de gabinete de la Mandataria, Ana Lya Uriarte (PS), y con el subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy (PS), pues considera que recibió un trato «inapropiado y desleal» de parte de ellos.

CONVERSACIONES CON CASZELY
El 12 de diciembre el ex ministro cumplirá 42 años. Y si bien ha recuperado su estado de ánimo, en su círculo de confianza explican que aún no está en sintonía para un evento festivo. Aunque advierten que, de producirse una celebración, esta será con un carácter bastante más reservado que la del año pasado, cuando asistieron a su casa cerca de 200 invitados, la mayoría del mundo político, incluidos los líderes de la Nueva Izquierda del PS, como el diputado Osvaldo Andrade.
En estos meses, ha estrechado relaciones con una figura especial: el ex futbolista y ex agregado de prensa de la Embajada de Chile en España, Carlos Caszely, quien fue reclutado para la campaña presidencial de Bachelet por su ex jefe de gabinete en Interior, Felipe Barnachea (PS). «Hemos compartido algunos encuentros. Rodrigo ha estado muy apenado por lo que le pasó, pero ya se ve bien. Hemos hablado de mi experiencia y de la experiencia de él, de lo mal que lo ha pasado, pero a los 30 minutos ya estamos muertos de la risa», cuenta Caszely.
REACTIVANDO REDES
Aunque sus conversaciones sobre política se han concentrado con miembros de la G-90, en el PPD también ha mantenido un contacto fluido con el presidente del partido, Jaime Quintana, y con el senador Guido Girardi. Con el primero se han reunido en varias oportunidades, la mayoría en su casa, pero más recientemente en algunos restaurantes de la capital para conversar de su futuro en política. Con el segundo habla por teléfono para analizar la coyuntura.
Sin embargo, en varios miembros de la mesa directiva del PPD, se ha instalado la idea de que Peñailillo debe responder políticamente por las consecuencias del caso SQM y el financiamiento irregular de campañas, y que mientras ello no ocurra, la colectividad no debería crear espacios de entendimiento con el ex ministro. Además, diputados del partido explican que si cuando era ministro no era habitual que tomara sus llamados, «ahora menos lo hace».
Finalmente, otra arista que se debe aclarar serían las supuestas presiones que habría realizado al SII para que no se querellaran por el caso SQM mientras era ministro.
Peñailillo se apoya en un equipo jurídico conformado por los abogados Gabriel Zaliasnik y Rodrigo González. Además, ha recibido estrecha colaboración de parte del ex ministro Enrique Correa y del ex director de la Secretaría de Comunicaciones en el primer gobierno de Bachelet, Juan Carvajal.

 

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