La Real Academia Sueca de las Ciencias otorgó al profesor estadounidense de la Universidad de Chicago, Richard Thaler, el premio Nobel de Economía 2017.
La Academia sueca ha destacado la contribución de Thaler a la comprensión de la psicología de la Economía, destacando su aporte en el campo de la Economía Conductual.
Thaler, de 72 años, era uno de los candidatos favoritos a lograr el Nobel de Economía, que cumple 49 ediciones.
Entre los méritos más destacados del estadounidensed se encuentra el desarrollo de la teoría de la contabilidad mental, explicando cómo la gente simplifica decisiones financieras.
«El galardonado ha explorado cómo una limitada racionalidad, las preferencias sociales y la falta de autocontrol afectan tanto a las decisiones individuales y los resultados del mercado», dijo el comité que le dio el premio.
«En resumen, sus contribuciones han desarrollado un puente entre el análisis económico y psicológico en la toma de decisiones individuales», agregó.
La aproximación de Thaler a la economía difiere de la teoría tradicional, que asumía que las personas tenían buen acceso a la información y podían procesarla de forma correcta, algo que en ocasiones distaba mucho de la realidad.
La contribución de Thaler fue redefinir el análisis de las decisiones, incluyendo elementos psicológicos que «influyen de forma sistemática la toma de decisiones económicas».
Thaler es co-autor (junto con Cass R. Sunstein) del best seller global Nudge (2008) en el cual los conceptos de la economía conductual se utilizan para abordar muchos de los principales problemas de la sociedad.
En 2015 publicó Misbehaving: The Making of Behavioral Economics.
Thaler es miembro de la Academia Americana de Artes y Ciencias, miembro de la American Finance Association y de la Sociedad de Econometría, y en 2015 sirvió como Presidente de la American Economic Association.
Antes de unirse a la facultad de la Universidad de Chicago en 1995, Thaler enseñó en la Universidad de Rochester y Cornell, y también estuvo en la Universidad de Columbia Británica, la Escuela Sloan de Administración del MIT, la Fundación Russell Sage y el Centro de Estudios Avanzados en Comportamiento Ciencias en Stanford. (DF)
