Los inversionistas argentinos aplaudieron la victoria mayor de lo esperado del economista libertario Javier Milei en las elecciones presidenciales del domingo, alentados por sus promesas de marcar el comienzo de una reestructuración radical de la segunda economía más grande de América del Sur.
Los bonos soberanos en dólares y las acciones de empresas argentinas que cotizan en Estados Unidos subieron el lunes, mientras los operadores sopesaban las posibilidades del inconformista forastero de revertir las políticas que han encaminado al país a su sexta recesión en una década con una inflación del 140%.
Los bonos con vencimiento en 2041 subieron 1,9 centavos por dólar a 30 centavos, la mayor ganancia intradiaria desde enero.
Las acciones de la perforadora petrolera estatal YPF SA que cotizan en Estados Unidos ganaron un 17% en las operaciones previas a la comercialización en Nueva York. Los bancos Grupo Financiero Galicia SA y Banco Macro SA subieron más del 11%.
«Esta es la oportunidad para un nuevo comienzo», dijo Jorge Piedrahita, fundador de Gear Capital Management en Nueva York.
Se espera que el peso se debilite en los mercados paralelos utilizados para eludir los controles cambiarios, lo que refleja el plan de Milei de reemplazarlo con el dólar.
El domingo, cayó a alrededor de 1.000 por dólar en los intercambios locales de criptomonedas. Eso fue una caída del 80 pesos respecto al precio del viernes de alrededor de 920 por dólar. Los mercados locales están cerrados los lunes por un feriado nacional. «Es probable que el peso siga bajo una presión significativa», dijo Leandro Galli, gerente de cartera de deuda de mercados emergentes de JP Morgan Asset Management.
«Es probable que se reduzca la brecha cambiaria entre las medidas basadas en el mercado y el tipo de cambio oficial, lo que podría conducir a una aceleración de la inflación durante el próximo año». Galli, de JP Morgan Asset Management, dijo que esto abre la puerta a «un plan de consolidación fiscal y reformas potencialmente más draconianos”, que podrían brindar cierto apoyo a los bonos en dólares de la nación.
Sin embargo, el beneficio está limitado por las preocupaciones sobre la transición, la gobernabilidad y los riesgos de implementación.
La victoria de Milei corona una campaña grandilocuente que prometió soluciones radicales a lo que describió como décadas de políticas gubernamentales equivocadas. Prometió recortar el gasto público y cerrar el banco central en un intento por controlar la inflación y apuntalar las cuentas fiscales, políticas que pueden ser una bendición para los inversores en bonos que ya esperan que se avecine otra cesación de pagos.
«Milei enfatizó con razón que no hay lugar para el gradualismo», dijo Claudia Calich, directora de deuda de mercados emergentes de M&G Investments, que tiene una pequeña sobreponderación en los bonos argentinos. «Necesitamos cambiar el rumbo del país con mucha fuerza y en la dirección correcta, algo en lo que creo que todos, incluidos los mercados, estarán de acuerdo».
En su discurso de victoria el domingo por la noche, Milei evitó mencionar esas soluciones radicales, a favor de un tono más moderado que destacó la condición crítica de la economía. «Hoy es el principio del fin de la decadencia de Argentina», afirmó.
«Empezaremos a hacer cosas que la historia ha demostrado que funcionan y dentro de 35 años volveremos a ser una potencia mundial». Durante un segundo discurso ante sus seguidores frente a su sede de campaña, Milei gritó su lema característico: «¡Viva la libertad, maldita sea!”
Aún así, redujo su retórica sobre el cierre del banco central, mencionando en su lugar la necesidad de “arreglar sus problemas». Con el 99% de los votos escrutados, Milei obtuvo casi el 56% de apoyo, en comparación con el 44% del ministro de Economía, Sergio Massa, que representaba la continuidad con el gobierno peronista existente.
Las encuestas habían mostrado que Milei tenía sólo una ligera ventaja en el período previo a las elecciones, por lo que había una sensación entre los inversores de que el fuerte mandato podría facilitar la implementación de sus políticas.
Si bien Milei llamó la atención por peculiaridades que eran atípicas para un potencial jefe de estado (su peinado inusual, su amor por sus perros clonados y su inclinación por hacer campaña con una motosierra), ganó seguidores entre los inversionistas por su promesa de marcar el comienzo de una era favorable a los negocios para Argentina.
El crecimiento económico es difícil de alcanzar, el peso ha perdido más del 90% de su valor en cuatro años y alrededor del 40% de la población vive en la pobreza.
«Es un voto a favor de las reformas, pero con tremendos riesgos de ejecución», dijo Patrick Esteruelas, jefe de investigación de Emso Asset Management.
«La ventaja se verá limitada por el escepticismo sobre si podrá sobrevivir políticamente a un ajuste con un apoyo limitado en el Congreso».
El partido La Libertad Avanza de Milei controla solo un puñado de escaños en el Congreso, y políticas como la dolarización serían una tarea increíblemente compleja incluso con un amplio apoyo político.
Recortar drásticamente los desembolsos gubernamentales será una carga para los ciudadanos más pobres de Argentina. (Emol-Bloomberg)
