En medio de versiones de distanciamiento con la mandataria, a comienzos de mes el Vicepresidente brasileño Michel Temer tensó su relación con Dilma Rousseff tras decir que, “con un índice de popularidad tan bajo”, era “difícil” que ella concluyera su mandato en 2018. Aunque rápidamente negó que estuviera articulando una “conspiración” contra la jefa de Estado, desde el oficialista Partido de los Trabajadores (PT) sus palabras fueron interpretadas en ese sentido.
Pero ahora los papeles parecen haberse invertido. De visita oficial en Rusia, un periodista le consultó a Temer si creía que Rousseff estaba teniendo una “última chance” en el gobierno. Y el líder del PMDB fue categórico: “La Presidenta se está recuperando cada vez más y tengo certeza que terminará el mandato”, resaltó.
Esta vez, en cambio, las críticas y dudas sobre Rousseff provienen desde su propio partido, el PT. La semana pasada, en una entrevista con el diario El País, el asesor en política exterior de la Presidencia, Marco Aurelio García, reconoció que “el gran problema de Brasil hoy día es que no se sabe hacia dónde estamos yendo”, en lo que catalogó como “un problema del gobierno y de los partidos que lo apoyan”. Y al ser consultado sobre los tropiezos del oficialismo, García admitió que “no fuimos capaces de construir una narrativa sobre el proceso de reformas, y así es muy difícil avanzar en una nueva ola de reformas”. Marco Aurelio García es una de las figuras más influyentes en la política exterior de Brasil.
Más pesimista, el ex presidente del PT, Tarso Genro, dijo que le preocupa la posibilidad de que Rousseff no llegue al fin de su mandato. “Tengo esa preocupación, sí. Evidentemente, tienen procesos legales que pueden ser llevados a eso, y nosotros sabemos que la interpretación de un pedido de impeachment depende mucho más de la política que del Derecho”, señaló Genro en una entrevista con el Canal Brasil. Para el ex gobernador de Rio Grande do Sul y ex ministro de Justicia, Educación y Relaciones Institucionales del gobierno de Lula, la única forma de alejar la posibilidad de juicio político es “cambiar la política económica y monetaria”.
El ex portavoz de la Presidencia en el primer gobierno de Lula, André Singer, también expresó sus dudas sobre el futuro de Rousseff. En una columna publicada en Folha de Sao Paulo, el cientista político no sólo califica al gobierno de “desesperadamente carente de orientación”, sino que asegura que la reciente rebaja de la nota de riesgo de Standard & Poor’s a Brasil “inaugura lo que puede ser uno de los últimos capítulos del segundo mandato” de Dilma. “No tanto por las consecuencias económicas de la nota negativa, sino por el vacío político que ayuda a formar en torno a Planalto, mientras, del otro lado de la Plaza de los Tres Poderes, la cuenta regresiva de los que se suman a la tesis del juicio político comienza a atraer más adeptos”, agrega.
De hecho, a la cabeza del pedido de impeachment se encuentra Hélio Bicudo, fundador del PT. A juicio del jurista de 93 años, que dejó el partido en 2005, “la Presidenta no gobierna más”.


