La idea no es nueva. Quizás su ejemplo más exitoso se remonta a 1975, cuando el 90% de las mujeres de Islandia decidieron, un 24 de octubre, parar. No fueron a la oficina, no hicieron labores domésticas ni cuidaron familiares. «Lo que ocurrió ese día estableció el primer paso para la emancipación de las mujeres en Islandia. Paralizó el país por completo y abrió los ojos de muchos hombres», dijo Vigdis Finnbogadottir, ex presidenta electa en 1980, a la BBC.
Fue la primera mandataria elegida democráticamente en el mundo y asegura que su triunfo no hubiera ocurrido sin esa jornada de paralización. Es el mismo mecanismo que viene preparando la Coordinadora Feminista 8M y una serie de organizaciones de mujeres desde marzo de 2018: una «huelga general feminista» que se convocó para el próximo 8 de marzo, cuando se conmemore nuevamente el Día Internacional de la Mujer. «La idea es que se constituya como un proceso de articulación y de organización que nos permita emerger desde el feminismo como una fuerza de oposición», dice a Emol Alondra Carrillo, vocera.
Y es que las semanas que han antecedido a la fecha conmemorativa han sido particularmente difíciles para las mujeres en Chile, considerando que en lo que va de 2019, el Ministerio de la Mujer contabiliza seis femicidios. Solo en los últimos días, dos mujeres acapararon la atención en Valparaíso: la primera porque su ex pareja lanzó un ladrillo a su casa y destruyó su auto con un martillo; la segunda por la respuesta que le dio al juez que dejó en libertad a su expareja, a quien acusó de incendiar su casa cuando ella, su hijo y sus padres se encontraban dentro. «¡Juez, mañana voy a amanecer muerta! ¿Por qué lo dejó libre?», le preguntó.
Ambas mujeres contaban con medidas cautelares de protección. No son los únicos casos. La semana pasada fue ampliamente viralizado el testimonio de Elisa Parr, una joven que relató cómo un hombre la persiguió y acosó en las calles de Providencia por más de una hora, amenazándola con una pistola y un cuchillo. «Esto va a ser corto, lo hago rápido y no te va a doler», contó que le dijo. La mujer logró escapar. También hizo noticia el episodio protagonizado por la cantante nacional Camila Gallardo y el alcalde de Puerto Varas, Ramón Bahamonde, quien intentó besarla contra su voluntad en un festival, lo que incluso fue condenado por la ministra Isabel Plá. «Nadie, absolutamente nadie, no importa su ‘autoridad’ está más allá de nuestra línea de dignidad», expresó la artista.
Mientras tanto, todavía se recupera en la ex Posta Central Carolina Torres, una mujer lesbiana que sufrió una agresión en el Día de los Enamorados que la dejó en estado grave, mientras paseaba junto a su pareja. «Condenamos y perseguiremos todas las agresiones, como la sufrida por Carolina Torres, quien está grave tras recibir brutales golpes por su orientación sexual», dijo el Presidente Sebastián Piñera.
Por eso el ambiente, en la antesala del 8 de marzo, no está tranquilo. Y por eso es que el movimiento feminista viene preparando lo que ocurrirá ese día, que llegará en menos de dos semanas, desde hace casi un año. Huelgas y marchas A comienzos del año pasado, el trabajo comenzó con la creación de una agenda de movilización común entre distintos sectores y movimientos sociales, como las diferentes vertientes del feminismo y la coordinadora No + AFP. «La idea fue poder ir transversalizando el feminismo al interior del movimiento social en Chile», explica Carrillo.
Fue un camino que tuvo más de cincuenta encuentros preparatorios para un gran evento que tuvo lugar el 8 y 9 de diciembre, el «Encuentro Plurinacional de Mujeres que Luchan», que congregó a más de 1.300 mujeres en ambas jornadas. Tuvo como objetivo configurar el programa de la huelga y definir las demandas. Entonces nacieron comités y brigadas orientados a difundir la iniciativa en diferentes espacios y promover la reflexión. Organizaciones feministas y mujeres asociadas a las demandas llevan hace meses en redes sociales la campaña #LaHuelgaFeministaVa, donde han compartido sus razones para parar. «Porque la violencia es un continuo en nuestras vidas», «Porque queremos espacios de estudio seguro» y «Por la conquista de nuestros derechos sexuales y reproductivos» son algunos de los motivos que han esgrimido.
«Queremos decirle a las mujeres que no están solas. Que ante esta vida que tenemos, nosotras nos levantamos para poder vivir sin miedo, pero que la única forma de poder vivir sin miedo y de que el futuro no sea peor que el presente es mediante la organización» Alondra Carrillo Para explicar los alcances de la convocatoria, Carrilo señala que se puede participar de cuatro maneras distintas. La primera es la evidente: un llamado a huelga laboral en trabajos asalariados «para quienes puedan hacerlo».
«Hay varias organizaciones que se han plegado a este llamado a paro, como la Confusam, el Colegio de Profesores, la U. de Chile y las estudiantes agrupadas en la Confech», comenta. «Esa es una dimensión, que tiene que ver con el paro efectivo, pero también hay otras, que son las que, creemos, hacen posible que la huelga sea efectivamente general: que paren todos los trabajos que se realizan en la sociedad y no solamente aquellos que reciben un salario», expone. Por eso el llamado que hacen es también a las mujeres que se encargan de labores domésticas y cuidados de familiares. «La idea es que eso sea asumido por otra persona, que no sea una mujer, y que ojalá se haga también de manera comunitaria», afirma.
El objetivo, precisa, es que se dimensione la importancia del trabajo que tradicionalmente han realizado las mujeres, a menudo sin retribución monetaria. Adicional a eso, se está convocando a una huelga en el consumo. «Pedimos no cargar la Bip! ese día, no comprar en supermercados ni grandes tiendas», indica. Por último está la agenda de movilizaciones, que contempla intervenciones en las calles durante todo el día y marchas simultáneas en todas las regiones del país a las 18:00 horas. En Santiago, la convocatoria para la tradicional marcha del Día de la Mujer es en Plaza Italia. Un «escenario catastrófico» Horas después de que comenzara el año 2019 vino el primer caso: un hombre de 60 años, llamado José Rivera, asesinó a su esposa María Edith Barría, de 56, en Puerto Montt y posteriormente se quitó la vida. Fue el primer femicidio registrado este año, pero a mediados de febrero la cifra de mujeres muertas en manos de sus parejas o ex parejas ya llegó a seis. «La violencia de género sigue agudizándose y se torna cada vez más radical. Empieza a mostrar los límites de las políticas de Estado al respecto, que no han podido hacerse cargo de esta situación y han sido impotentes, que se centran en la denuncia individual y no atienden los factores estructurales y transversales que puedan hacer posible que las mujeres consigan una autonomía que les permita salir de los estados de violencia», explica.
6 Femicidios contabiliza el Ministerio de la Mujer en 2019 Por eso, asegura, el movimiento feminista tiene como meta convertirse en uno de oposición a actores específicos: el Estado, los gobiernos, los empresarios y las iglesias. Son esos argumentos los que la llevan a hacer un diagnóstico categórico de la realidad chilena para la mujer: «Estamos ante un escenario catastrófico», afirma. «Pero este que identificamos como un escenario de catástrofe creemos que también es un vértice histórico, y que el 8 de marzo va a constituir un hito político que va a abrir la posibilidad de una trayectoria distinta», comenta. Y es que el 2018 fue un año marcado precisamente por demandas feministas, como la de miles de estudiantes que presionaron por medidas contra el acoso y abuso sexual, y las multitudinarias marchas a favor de la legalización del aborto.
Quienes organizaron esas movilizaciones se pliegan a la convocatoria para este 8 de marzo y hablan de la importancia de articular un movimiento de «largo aliento». Pero uno de los objetivos centrales de la convocatoria es algo más simple: entregar un mensaje. «Queremos decirle a las mujeres que no están solas. Que ante esta vida que tenemos, nosotras nos levantamos para poder vivir sin miedo, pero que la única forma de poder vivir sin miedo y de que el futuro no sea peor que el presente es mediante la organización», concluye.
Emol/Agencias
