Gobernar en tiempos complejos: desafío político para la centroizquierda

Gobernar en tiempos complejos: desafío político para la centroizquierda

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Existen algunos elementos comunes de programa de Gobierno, pero no un proyecto político de centroizquierda que le ofrezca a la sociedad una determinada conducción en tiempos complejos, diferente a las alternativas desplegadas en Chile y encarnadas por la derecha de Sebastián Sichel y la izquierda de Gabriel Boric.

Es un diagnóstico compartido en este sector, sobre todo luego de que el Partido Socialista estuviera a centímetros de acordar un bloque con la izquierda la noche del 19 de mayo y abandonar su alianza con la Democracia Cristiana de los últimos 30 y tantos años.

Lo que resulte del sábado, por lo tanto, dará luces sobre la supervivencia de un sector que enfrenta una profunda crisis.

El primer dato importante será el nivel de participación y la limpieza de la consulta, sin acusaciones de fraudes, por ejemplo.

LA PARTICIPACIÓN

Es preciso olvidarse de las comparaciones con las primarias legales del sector, porque estarán lejos de acercarse siquiera. En ningún caso se repetirá la participación de 2.142.070 electores en la de 2013, donde Michelle Bachelet sola alcanzó 1.565.269 respaldos. Tampoco será posible comparar con las recientes primarias legales de la derecha y la izquierda, donde los bloques alcanzaron 1.343.892 y 1.750.889 sufragios, respectivamente.

Sin apoyo estatal y hasta con diferentes lugares de votación que los habituales, en privado no se apuesta jamás por sobrepasar los 400.000 votos, con suerte. Se habla incluso del piso de 155.000, la suma de todos los militantes de los partidos del pacto.

En la noche del sábado, en cualquier caso, los dirigentes de Unidad Constituyente evitarán las comparaciones y llamarán a tomar los números con frialdad.

YASNA PROVOSTE, LA EXPECTANTE

La senadora de la DC (con 33.433 militantes) va adelante de sus competidores, de acuerdo a las encuestas. Cualquier aproximación que tengan los otros dos candidatos, por lo tanto, será evaluado negativamente.

En este sentido, existe la duda sobre el impacto de su desempeño en la discusión sobre el aborto, donde no dejó contento a casi nadie.

La fuerza de su candidatura tiene relación a dos elementos: la presidencia del Senado –que no tiene la misma fuerza que al inicio del período–; y su capacidad de ganar fácilmente en la centroizquierda, un asunto que a estas alturas tampoco parece totalmente seguro.

Su mejor escenario será que el sábado salga a votar el ciudadano no orgánico y no politizado, por su imagen pública: tiene a su favor el porcentaje de conocimiento (91% contra 71% de la socialista, según la última encuesta Feedback).

Existe un segundo elemento primordial: que logre al menos un 55%, es decir, un alto margen de victoria.

EL PS Y EL HORIZONTE LARGO

El socialismo democrático se juega el sábado su carta presidencial, pero sobre todo el papel que desempeñará en los próximos años. Porque si se llega a perder en forma contundente, no solo sería una derrota con miras a La Moneda, sino parlamentaria.

Se juega, en paralelo, su fuerza para desempeñarse en el próximo gobierno, siendo parte del oficialismo o de la oposición, lo que será complejo de cualquier forma.

De acuerdo al resultado de su candidata Narváez, se contestará la pregunta: ¿fue capaz este sector de agruparse en algún grado para levantar una alternativa?

En la candidatura de la exministra de Michelle Bachelet no se descarta todavía que pueda imponerse a Provoste, aunque reconocen que sería por un margen estrecho, no un triunfo contundente.

En el caso de perder la consulta, sin embargo, será crucial la movilización de votantes que logre el socialismo a nivel nacional (un partido que tiene 43.092 militantes).

Si pierden y se le suma el factor de la poca movilización, la derrota tendrá un sabor doblemente amargo.

FUTURO DE PAULA NARVÁEZ

En su círculo apuestan a la proyección de su liderazgo. Reinstalar y reagrupar, porque en su círculo se piensa que –si no hubiera sido por su candidatura–, la mitad del PS estaría respaldando a Boric, si la alternativa hubiera sido solo Provoste.

No se descarta que, de tener un buen desempeño en la consulta, su nombre pueda considerarse para una candidatura al Parlamento, cuyas inscripciones se cierran el 23 de agosto (es decir, solo dos días después de la primaria no convencional). Pero tiene dos problemas principales para el éxito: la falta del apoyo del PS y del PPD, donde un grupo decidió romper y apoyar a Provoste.

En el socialismo se preguntan el nivel de daño que ocasionarán los descolgados: si este sector se llevó 40.000 o 50.000 votos, será fatal para Narváez.

La noche del sábado será interesante observar la forma en que la institucionalidad del PS se pliegue a Provoste, de ganar la candidata DC, porque la directiva socialista ha estado desde el comienzo apostando por bajar a la exministra vocera.

De perder por mucho, las esquirlas llegarían hasta la propia exPresidenta, bastante menos que a Álvaro Elizalde.

CON MIRAS A LA PRIMERA VUELTA

Cualquiera sea la carta ganadora de esta consulta, no será fácil para el sector imponerse a los candidatos Sichel y Boric.

De ganar Provoste –el escenario probable–, su principal desafío será capturar al votante socialista, para que no se fugue hacia Boric.

Tendrá a su favor que Boric no se encuentra en su mejor momento, luego del incidente que sufrió en la cárcel, el tratamiento que le ha dado el PC de Jadue luego de la primaria y la discusión sobre el IFE y un cuarto retiro del 10%, donde tuvo que girar en su posición por la presión del Frente Amplio.

Tal y como están hoy las cosas, en la centroizquierda se evalúa que no resulta nada improbable que Sichel sea el próximo Presidente, sobre todo considerando la dispersión de la oposición y la polarización generada por la Lista del Pueblo.

En el largo plazo, las posibilidades de la centroizquierda y la izquierda de unirse con miras a una segunda vuelta se van complejizando con las horas.

EL PR Y MALDONADO

El exministro Carlos Maldonado se juega en esta consulta su fuerza para el control del Partido Radical, que tiene 28.652 militantes y un mayor número de concejales que la DC. Es decir, su desempeño tiene relación a la interna del partido y a una eventual opción parlamentaria del propio abanderado.

LA LISTA PARLAMENTARIA

No está totalmente cerrada la lista parlamentaria, lo que representa un problema. Existe la decisión de la lista única, pero faltan vacíos que llenar, por lo que los resultados de la consulta podrían incidir en la negociación, aunque no parece un escenario probable.

Los partidos de centroizquierda saben que, de no competir en conjunto, solo habrá pérdida y en buena parte en este elemento de funda su unión actual, marcada por la total desconfianza y falta de proyecto sólido. (Por Rocío Montes, DF)

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