Desde el trimestre móvil octubre y diciembre de 2011 que las tasas de desempleo en Chile se mantienen bajo el 7%. Incluso durante el cuarto trimestre de 2014 alcanzó en promedio un 6%, porcentaje que se usa para definir la capacidad de pleno empleo en el país.
Pero pese a los bajos índices de cesantía, que no se han visto afectados por la desaceleración de la actividad, los empleos de coyuntura económica (de apoyo fiscal), más conocidos como empleos de emergencia, aumentaron durante 2014, partiendo el primer trimestre en 18.944 y cerrando el cuarto trimestre en 25.277 puestos, según las estadísticas de la Dirección de Presupuestos (Dipres).
De hecho, comparando el último trimestre de 2013 (19.511 empleos de emergencia) con igual período del año pasado, los empleos de emergencia se elevaron en un 30%.
Una situación que no estaría en línea con la Ley de Responsabilidad Fiscal, que regula la activación de estos empleos. De acuerdo con el artículo 10 de esta Ley , aprobada en 2006 durante el primer Gobierno de Bachelet, el Programa de Contingencia contra el Desempleo, o de apoyo fiscal, “operarán cuando la tasa nacional de desempleo trimestral , calculada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), exceda el promedio de dicha tasa correspondiente a los 5 años anteriores publicados por dicho instituto o cuando la tasa nacional de desempleo trimestral sea igual o superior al 10%”.
Dentro de las regiones que mayor aporte estatal por empleos de emergencia recibe figura la del Biobío, que concentra un 57% (14. 440) de estos puestos de trabajo al cierre de 2014.
Pero que Biobío lidere estas plazas estatales no es novedad, ya que históricamente, desde que se crearon concentra más del 50% de las vacantes.
Le siguen las regiones de La Araucanía (3.033) y Valparaíso (2.402).
VISIÓN DE EXPERTOS
De acuerdo a la información entregada por la Dipres de manera trimestral, estos empleos de coyuntura “tienen por finalidad, mejorar la empleabilidad de las personas vulnerables del país y otorgar una fuente laboral en aquellos lugares que hayan experimentado una contracción de la demanda por mano de obra a raíz de alguna emergencia, y cuyo financiamiento proviene mayoritariamente del Programa de Contingencia contra el Desempleo, si es que se cumplen las condiciones establecidas”.
En ese contexto, la economista e investigadora de Libertad y Desarrollo (LyD), Cecilia Cifuentes, asegura que hoy con tasas de desempleo bajas, que en ninguna región superan los dos dígitos, no se justifica tener empleos de emergencia tan elevados.
“Al revisar las tasas de desempleo en las capitales regionales no hay ninguna que permita la creación de este tipo de empleo. Entonces, pareciera que no existe una justificación en base al criterio al cual se crearon este tipo de empleos, que fue en la crisis de 2009”, dijo Cifuentes.
La investigadora agregó que detrás del “elevado” número de empleos de emergencia, “debe existir algún tipo de presión de las municipalidades, porque en términos de tasa de desempleo no se justifica”.
Una visión que compartió el economista de la Universidad Católica, Ricardo Paredes, quien dijo que no se justifican, y más bien pareciera que detrás de ello “hay presiones y compromisos políticos más que razones técnicas para mantener y activar empleos de emergencia”.
De hecho, el Gobierno anterior denunció esta clase de presiones en la región del Biobío, las cuales se quedaron sólo en declaraciones, acotó.
