El traumático recambio generacional en los partidos políticos

El traumático recambio generacional en los partidos políticos

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Renovación. Es uno de los conceptos más utilizados por aquellos que aspiran a ocupar un cargo de elección popular. La idea de que hay que darle espacio a nuevos actores políticos se ha ido consolidando de manera transversal, pero pareciera que no existe partido que logre escapar de los conflictos que implica llevar adelante el recambio.

LA REBELIÓN DE LOS SARGENTOS

La irrupción de Álvaro Elizalde en el PS no ha sido sencilla. El día en que dio su primer discurso como presidente de la colectividad se tomó una de las decisiones políticas más relevantes de los últimos años al apoyar la opción presidencial de Alejandro Guillier por sobre la de Ricardo Lagos, quien un día después declinó su intención de volver a La Moneda. Ese golpe, atribuido en gran parte a Elizalde y al secretario general Andrés Santander, fue una maniobra que se habría repetido con José Miguel Insulza, quien no tuvo el respaldo de la mesa para poder ser candidato senatorial en la región de Atacama.

“Todo esto tiene que ver con un intento de tomar el control político y el poder”, explica el Decano de la Facultad de Ciencias Políticas de la U. Central, Marco Moreno. En la colectividad hay voces que aseguran que Elizalde tras las elecciones de noviembre pagará los costos de esas decisiones.

RESURRECCIÓN DE LA G-90

Rodrigo Peñailillo, ex ministro del Interior , llegó a ser considerado como una de las mayores promesas en la Nueva Mayoría. Sin embargo, supuestos vínculos entre el líder de la G-90 y SQM que incluso pusieron en tela de juicio el financiamiento de campaña de la Presidenta Bachelet instaron a la mandataria a quitarle el piso y retirarlo de su cargo en el primer cambio de gabinete de su actual administración.

Así, otros miembros del grupo llamado a ser protagonistas del recambio en el PPD también salieron de la escena política. Moreno explica que lo de la G-90 fue “un acto fallido”, pero aclara que “están volviendo a rearticularse después del trauma que significó el haber tenido poder y no haberlo consolidado”. Esa rearticulación se da por medio del Frente Social Demócrata con Juan Eduardo Faúndez, Carolina Cucumides y Carlos Henríquez.

RENOVACIÓN PARLAMENTARIA

La renovación parlamentaria de la UDI se ha dado de manera rápida en la última década. Nombres como Jaime Bellolio, Juan Antonio Coloma o María José Hoffman dan cuenta de esto. Sin embargo, dicha renovación no se ha podido dar en los espacios propios del partido. El abultado triunfo de Jacqueline van Rysselbergue sobre Bellolio para asumir la testera de la UDI es una muestra de aquello. Es más, en una entrevista con la revista Capital el diputado aclaró que ha pensado en dejar la UDI. Ernesto Silva también fue el representante de una renovación, pero su estadía como timonel de la colectividad fue breve y renunció al cargo entre duras críticas internas.

BUROCRACIA COMUNISTA

Una situación similar a la que vive la UDI, pero que se aprecia de manera más profunda es la del Partido Comunista. Rostros como el de Camila Vallejo, Karol Cariola o Daniel Núñez han emergido en la bancada parlamentaria del partido y son probablemente las figuras más mediáticas de la colectividad. Sin embargo, los hilos del PC siguen siendo manejados por actores históricos que tomaron la posta que dejó Gladys Marín.

Guillermo Tellier es timonel del Partido Comunista desde el 2005 y junto a otros actores como Lautaro Carmona y Juan Andrés Lagos han manejado el destino del partido durante más de una década. “El PC sigue funcionando con una lógica bien burocrática”, dice Marco Moreno.

UNA DC PAUSADA

“En el caso de la DC la renovación ha sido extraordinariamente lenta”, dice el cientista político Mauricio Morales. Si bien la mesa directiva da cuenta de una renovación que tiene a la timonel y candidata presidencial Carolina Goic como bandera, la profunda crisis por la que pasa el partido habla de lo difícil que ha sido para la nueva generación ordenar el mapa de una colectividad que se ha mostrado dividida. El mismo Morales ha dicho que las figuras emergentes tienen un “bajo nivel de sofisticación intelectual” que ha desencadenado rencillas personales muy desgastantes. Así, el conflicto entre las nuevas figuras y la “vieja guarda” se ha hecho evidente y muestra de ello fue la molestia del vicepresidente Matías Walker con un histórico como Edmundo Pérez Yoma, quien criticó lo que se decidió en la última Junta Nacional.

El diputado y ex presidente de las juventudes DC, Marcelo Chávez, dice que las juventudes deberían ser “el espacio preferencial para producir el recambio al interior de los partidos, pero esa declaración no termina siendo así en los hechos”.

LA CONTINUIDAD DE MONCKEBERG

Cristián Monckeberg asumió la responsabilidad y los costos de intentar protagonizar el recambio en RN. El diputado tuvo un primer período complejo al mando del partido, ya que figuras como Andrés Allamand o Carlos Larraín seguían teniendo un peso incontrarrestable en el partido. Sin embargo, Marco Moreno explica que eso evitó mayores conflictos y disputas en el proceso.

“Monckeberg es una especie de continuidad de lo anterior, como que le dieron permiso para que administrara el partido a él y a Mario Desbordes”.

UN FRENTE COMPLEJO

Por su parte, en el Frente Amplio a pocos meses de intentar transformarse en la tercera fuerza política del país se desató una grave crisis que aún deja esquirlas. (Pulso)

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