Hechos claves están ocurriendo para lo que será el futuro del Brexit. El tema es tan complejo y genera tanta división en Europa y Gran Bretaña, que hoy todas las alternativas están abiertas.
Si bien el Primer Ministro, Boris Johnson, ha anunciado un “nuevo” y “gran acuerdo” con las autoridades de la Unión Europea, que le permitirá cumplir con lo que para él es su estrategia prioritaria, que es salir antes del 31 de octubre, está por verse si su Parlamento lo apoya. Algo que según pudo comprobar su antecesora, Theresa May, no será nada de fácil. Y que podría complicarse aún más considerando lo dividido y polarizado que se encuentran los congresistas ingleses por este tema y por la estrategia de presión que ha llevado a cabo su Primer Ministro.
El principal escollo, que ha sido muy difícil de solucionar, es el de la “salvaguarda inglesa” o “backstop”. Una verdadera “piedra de tope” para una salida pactada. Esto es, que Reino Unido pueda salir de la Unión Europea mediante un acuerdo que no signifique volver a colocar la frontera dura que existió hasta 1998 entre Irlanda del Norte (que es parte de Reino Unido) y República de Irlanda, país independiente, que tanta división, violencia y muertes causó. Esta nueva propuesta de Johnson debería considerar las aprensiones que existen en su país frente a la posibilidad de que Irlanda del Norte se mantenga dentro de Unión Europea a pesar del Brexit, para evitar esta frontera. Algo que no consideró en su momento Theresa May y que la hizo fracasar en su intento de lograr un Brexit con acuerdo.
Si Johnson logra que su propuesta sea aceptada por Unión Europea y el Parlamento inglés, podríamos estar frente al mejor de los escenarios, evitando el temido Brexit duro, sobre el que se predicen tantas consecuencias negativas: políticas, económicas y sociales. Una de ellas, la amenaza de Escocia de dejar Reino Unido. Sin embargo, es una opción que se ve muy difícil, aunque .
Si no prospera, el Primer Ministro está obligado a pedir una nueva prórroga a la Unión Europea para el 31 de enero. Sería la segunda, ya que la fecha inicial del Brexit era para el 29 de marzo pasado. Sin embargo, Johnson, en su apasionado estilo ha asegurado que antes preferiría “morir en una zanja”.
Como los anuncios a veces no se convierten en hechos, si cumple a regañadientes con el mandato que le dio su Parlamento, de igual forma existe la opción de que Europa no acepte esta solicitud. Para que esto se concrete, debe ser por la unanimidad de sus miembros y ya hay voces que aseguran que Johnson cuenta con un aliado tan nacionalista como él –el Primer Ministro de Hungría, Viktor Orban- que no daría su venia para concretar este nuevo aplazamiento.
Frente a este escenario, y considerando que estamos ad portas, todo parece indicar que el 31 de octubre todavía es probable que se concrete el Brexit sin acuerdo. A no ser de que surja un movimiento político en Reino Unido que permita realizar un nuevo Referendum, esta vez con votantes informados y participativos, a diferencia de lo que fue el 2016. El resultado sería incierto, ya que las encuestas señalan que Reino Unidos se mantiene dividido entre apoyar o no un nuevo Brexit. (La Tercera)
Verónica Munita
