Cuidado con el informe Oxfam

Cuidado con el informe Oxfam

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Del informe Oxfam sobre desigualdad, el dato que más se ha comentado en los medios es que 62 personas tienen la misma riqueza que el 50% de la población mundial, al tiempo que la desigualdad está creciendo. Sin embargo, este informe tiene algunas paradojas interesantes.

Los números de la riqueza mundial salen de Credit Suisse, y los de las personas más ricas, de Forbes. Independiente de lo complicado que es comparar riqueza entre países (no es lo mismo tener un departamento de US$ 500 mil en Nueva York que en La Paz, o una cabra en Europa o en África) además los datos de Credit Suisse incluyen la deuda de las personas.

Esto provoca que, por ejemplo, en China casi no haya gente en el decil más bajo de riqueza (que conforma el 7,5% de la población mundial), pero en EE.UU. sí.

¿Cómo puede ser?

Muy fácil, porque en China los pobres tienen poco dinero, pero en EE.UU. hay mucha gente con deudas superiores a su patrimonio.

Pongamos otro ejemplo.

Según el informe de Credit Suisse (Oxfam) una persona en España que se compra un departamento utilizando para ello todo su dinero y, además, con hipoteca. Por tanto, tiene gastos no recuperables (los impuestos o contribuciones) y un patrimonio neto negativo, pues ha invertido todo su dinero en algo que vale menos de lo que él pago. Por consiguiente, según la metodología Oxfam, esa persona está en el decil más bajo de riqueza del mundo y sería más pobre que un africano que no tiene nada para comer, pero que no debe dinero a nadie.

¿Es lógico esto?

Creo que no. Está muy bien hablar de desigualdad, su crecimiento es notable en los países desarrollados. Pero en los países más pobres la desigualdad ha ido en retroceso. Según las mismas cifras, hay avance (con excepciones) en la reducción de mortalidad infantil, mayor disponibilidad de alimentos, acceso a la educación, y otros beneficios sociales. Con la actual crisis, el aumento de la desigualdad ha afectado sobre todo a Occidente. La metodología de cálculo de Oxfam es de dudoso criterio.

Que 62 personas posean la misma riqueza que la mitad de la población -lo que no es verdad, puesto que dicha riqueza está en papeles y acciones y, con seguridad, no podrían venderlos por la cantidad estimada por Oxfam y Credit Suisse- es indiferente.

Lo relevante es que todos alcancemos un nivel de vida en el que las necesidades básicas están satisfechas. Es decir, si hay desigualdad sin pobreza, entonces aquella no es problema. Pero normalmente la desigualdad está acompañada de pobreza y, por tanto, mediante la redistribución, quienes la ha superado deben aportar con los medios para que la pobreza no aparezca. De allí que los ejemplos de Oxfam no son relevantes si de superar la pobreza se trata.

Es decir, siguiendo su metodología, el estudio de Oxfam concluye que si un niño -sin deudas- tiene en su bolsillo 5 euros, sería “más rico” que el 30% de la población mundial cuyos ingresos diarios son inferiores a dicha cifra. No parece muy lógico.

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