No existe ninguna entidad de la república que acumule mayor cantidad de poder unipersonal que esta. El contralor en definitiva determina de manera individual no solo los dictámenes, sino también la contratación y despido de todo su personal en cualquier momento, así como su estructura organizacional y presupuestal. Si en su designación se comete un error, el país debe vivir las consecuencias por ocho años. El riesgo institucional es demasiado elevado. Por otro lado, la creciente complejidad de labores, no solo de carácter legal, sino también tecnológico, financiero y contable de la Contraloría requiere de una respuesta colegiada y pluridisciplinaria en la conducción de este órgano. (El Mercurio Cartas)
Mario Waissbluth
Jeannette von Wolfersdorff
Exconsejeros Consejo Asesor Permanente para la Modernización