Primero, se equivoca en las cifras, pues siguiendo sus mismos supuestos, Chile Vamos no tendría la representación que él invoca. Ahora, eso no es lo más importante. Lo importante es que todos los sectores políticos tendrían que recurrir a apoyos de sus contrapartes para alcanzar los quorum de aprobación requeridos. De eso se tratan las constituciones: ser puntos de encuentro y marcos de conversación entre los distintos sectores. Un formato mixto es indiscutiblemente el que mejor asegura dichas condiciones.
Segundo, no es cierto que el borrador vaya a ser “elaborado por la derecha”, porque incluso en sus optimistas (pero irreales) pronósticos, no tendríamos los votos para aquello. Además, el señor Arriagada desconoce que fue Chile Vamos el que propuso como base constitucional el Estado social y democrático de derecho y el reconocimiento constitucional de los pueblos originarios. Eso, sin contar la actitud de colaboración consistente y generosa que hemos tenido desde el día siguiente del abrumador resultado del plebiscito. Una supuesta “actitud de veto” no se condice con la realidad de los hechos.
Y tercero, el tono acusatorio de la carta es injusto con el devenir de las conversaciones. Chile Vamos no solo ha cumplido su palabra empeñada en pos de una buena y nueva Constitución para Chile, sino que ha sido un activo promotor de propuestas y un empático componedor de diálogos. Por cierto, tenemos un límite: no estamos disponibles a someter a Chile a una nueva experiencia refundacional. Menos en un año de inestabilidad, como el que se avizora. Por ende, seguiremos en la senda de la austeridad, de la sobriedad y de la certidumbre, porque estamos con Chile. (El Mercurio Cartas)
Diego Schalper Sepúlveda
Diputado
Secretario general Renovación Nacional