Camila Polizzi, candidata del Frente Amplio a la alcaldía de la ciudad de Concepción, manifestó con claridad —y convicción, dada la insistencia de la entrevistadora— su posición frente al aborto libre. Su postura, en síntesis, es que es partidaria de ampliar las causales para el aborto despenalizado, pero se manifiesta reticente a la idea del “aborto libre”, sin límites de ningún tipo, es decir, prácticamente como método anticonceptivo de uso normal.
Según informa “El Mercurio”, Jorge Ramírez, presidente del partido Comunes, le exigió que se retractara y pidiera perdón por decir lo que piensa al respecto. El Frente Amplio, por su parte, parece haberle restado su apoyo a la candidata Polizzi.
El episodio es representativo del nivel de autoritarismo e intolerancia con que actúan algunos en el Frente Amplio y lo peligroso que para la democracia podría ser su ascenso al poder. El tema del aborto es sin duda uno de los que admiten más zonas grises, consideraciones complejas y, sobre todo, respeto a la opinión del otro. Nada de eso importó a los líderes del Frente Amplio que condenaron sin miramientos a su candidata exigiéndole que pidiera perdón, como si un crimen hubiese cometido.
El episodio me ha recordado lo vivido por algunos exconcertacionistas que transitaron al Frente Amplio y a los que, para poder acceder a una candidatura o puesto de confianza, les exigen una señal de contrición, o al menos de compunción, por haber sido parte de quienes, más allá de aciertos y errores, pusieron término a la dictadura y abrieron las puertas a la democracia. (El Mercurio Cartas)
Ricardo Brodsky
