El gobierno brasileño sorprendió ayer al anunciar que va a privatizar a la mayor empresa eléctrica de Latinoamérica, Centrais Elétricas Brasileiras, conocida como Eletrobras, en su esfuerzo por buscar fuentes adicionales para disminuir el déficit de presupuesto. Como resultado, las acciones de Eletrobras se dispararon 50% y sumaron más de 9 mil millones de reales (US$ 2.850 millones) a su capitalización bursátil, impulsando al índice Bovespa a máximos desde 2011.
Según informó el Ministerio de Minas y Energía (MME) de Brasil, el gobierno reducirá su participación –desde el actual 51% de acciones con derecho a voto- “con la consecuente democratización” en la bolsa de valores, pero mantendrá el derecho a veto para no poner en peligro los proyectos clave de la eléctrica.
El MME presentará la propuesta al Consejo del Programa de Asociaciones de Inversión (PPI), creado por el presidente Michel Temer para impulsar el financiamiento privado de los proyectos de infraestructura. El consejo, que se reúne hoy para discutir la medida, presentará la propuesta al mandatario para su aprobación o rechazo.
Según el diario brasileño O Globo, la venta de Eletrobras es parte de un paquete de privatizaciones que incluye 58 proyectos por US$ 14 mil millones. Sin embargo, la eléctrica –que recaudaría casi la mitad del valor total, US$ 6.300 millones- fue incluida en la lista durante las últimas dos semanas, tomando por sorpresa a algunos miembros del equipo energético del Palacio de Planalto.
EUFORIA EN EL MERCADO
El anuncio fue recibido con euforia en el mercado. Las acciones de la empresa subieron hasta 50,3% durante la jornada, para cerrar con un alza de 49,3%, en 21,2 reales. Con esto, el valor bursátil de Eletrobras aumentó de 20.170 millones de reales a 29.300 millones de reales.
Otras empresas estatales se sumaron al rally, con los inversionistas esperando que la privatización de la eléctrica abra camino para otras operaciones similares en el futuro. El optimismo impulsó al índice bursátil Bovespa a cerrar por encima de los 70 mil puntos por primera vez desde 2011.
Se espera que la venta no se cierre antes de 2018 o incluso 2019, ya que la incertidumbre por las elecciones de marzo, los escándalos de corrupción y posibles demandas podrían frenar el proceso.
DÉFICIT FISCAL
La explicación oficial para la privatización es la necesidad de aumentar el capital disponible de la empresa y mejorar el gobierno corporativo. “A pesar de todo el esfuerzo desarrollado por la actual gestión, las deudas y cargas del pasado han aumentando y exigen un cambio de ruta”, afirmó el ministerio. Las “ineficiencias acumuladas en los últimos quince años” tuvieron un impacto de cerca de 250 mil millones de reales” (US$ 79 mil millones), argumentaron.
Sin embargo, expertos cuestionaron las verdaderas intenciones del gobierno. El anuncio se produjo tras el alza de la meta del déficit fiscal confirmada la semana pasada, a medida que el gobierno no logra recaudar los impuestos suficientes por haber sobreestimado el crecimiento, mientras que las reformas tributaria y de pensiones, que son clave para la recuperación económica, están estancadas.
El oficialismo salió ayer a desmentir las insinuaciones. “Es un movimiento mucho más fuerte de lo que algunos quieren ver como una motivación recaudatoria”, afirmó el ministro de Minas y Energía, Fernando Coelho Filho.
“La estrategia consiste en atender la demanda en curso a largo plazo del gobierno para ayudar a equilibrar las cuentas, pero no puede ser vista como una intervención para cumplir un objetivo puramente fiscal”, afirmó, a su vez, el secretario ejecutivo del Ministerio de Minas y Energía, Paulo Pedrosa.
Bajo el programa Crecer impulsado por Temer el gobierno ya ha entregado en concesión cuatro aeropuertos – Florianópolis, Fortaleza, Porto Alegre y Salvador-, instalaciones energéticas y campos petroleros, sumando un total de catorce proyectos. Otros 24 proyectos de privatización, concesión o arriendo se encuentran en proceso, incluyendo carreteras, terminales y puertos.
CRÍTICAS DE DILMA
Una de las primeras en reaccionar al anuncio fue la expresidenta Dilma Rousseff, quien escribió en Twitter que “vender Eletrobras es renunciar a la seguridad energética”.
“El gobierno ilegítimo anuncia una meta irreal y quiere vender el patrimonio del pueblo brasileño para cumplirla (…) El resultado es uno solo: el consumidor va a pagar una cuenta de luz estratosférica por una energía que no tendrá suministro garantizado”, sentenció. (DF)
