APEC 2019: juegos de poder III

APEC 2019: juegos de poder III

Compartir

La reciente gira del jefe del Pentágono por América del Sur ratificó que uno de los elementos centrales del juego de poder al interior de APEC –la influencia de China- está adquiriendo creciente relevancia en los asuntos hemisférico.

Mattis dijo con meridiana claridad, y en todos los países que visitó, que esta influencia supone una auténtica amenaza a la «soberanía» de algunas naciones latinoamericanas.

En varias oportunidades expresó que es muy difícil saber lo que piensan realmente los chinos, y que lo único claro es que están incrementando su presencia en todo el mundo, y que a partir de eso, la única preocupación que corresponde se refiere a los niveles insostenibles de endeudamiento de aquellos países latinoamericanos que dan la bienvenida a capitales chinos. Por eso –advirtió- están perdiendo soberanía.

Del mismo modo, Mattis clamó por mayor transparencia en estos acercamientos entre Beijing y los países latinoamericanos, y citó, como ejemplo de un acuerdo donde no se divisa transparencia, aquel alcanzado entre China y Argentina para la construcción de una base espacial en la Patagonia. «¿El único propósito de la estación espacial es la investigación o hay algo más?, ¿es comercial o es espionaje?», se preguntó el jefe del Pentágono.

Como se sabe se trata de 200 hectáreas de una entidad de las FFAA chinas llamada Satellite Launch and Tracking Control que desarrollará allí un proyecto aeroespacial a 50 años plazo pero cuyas negociaciones previas fueron completamente secretas y las pocas versiones públicas muy confusas. Los norteamericanos estiman que la antena instalada allí les permitirá a los chinos realizar actividades militares y de seguridad preocupantes para todo el hemisferio. Les inquieta también que la puesta en funcionamiento de esta base se produce en un contexto de crecimiento exponencial de demanda argentina por recursos frescos y cuando atraviesan serias dificultades financieras.

Las advertencias de Mattis corren en paralelo con la entrega al Congreso de EEUU, por parte del Pentágono, de su Informe Anual sobre Capacidades Militares chinas. Allí se asegura que Beijing “probablemente” esté preparando atacar blancos en EEUU. En el documento se analizan exhaustivamene los siguientes puntos: modernización del ejército chino bajo la premisa de ser “más móvil, modular y letal”, que se estaría preparando para una “contingencia” con Taiwán y que no se descartan planes para reunificar por la fuerza.

Interesante resulta comprobar que algunos detalles de este documento trascienden justo seis meses después que Washington decidiera des-invitar a Beijing a los ejercicios RIMPAC, que son los más grandes ejercicios navales del mundo y que se realizan bianualmente por estas fechas en aguas cercanas Hawaii desde el 2004 (en el cual participan Chile junto a Perú, México y Colombia y otros 19 países). China había participado en dos versiones anteriores de RIMPAC pero en esta oportunidad explícitamente fue dejada fuera tras el estallido del conflicto comercial con EEUU aduciendo militarización de varias islas del mar meridional de la China cuya soberanía de jure es disputadas por otros países.

Este conjunto de advertencias, propias del ámbito militar, están instalando nubarrones no menores para el próximo año que es cuando se celebrará APEC en nuestro país.

Hay quienes plantean que uno de los objetivos centrales –a partir del cuadro descrito- es provocar fricciones entre EEUU y sus aliados en el Pacífico, lo que generará fuertes ruidos en este espacio.

La verdad es que el ambiente y muy especialmente la naturaleza de los conflictos en Asia son propicios para que la agudización se produzca.

El continente representa el 34% de los conflictos territoriales militarizados del mundo desde la Segunda Guerra Mundial así como más de un cuarto de las guerras interestatales. Desde esa época se vienen arrastrando también otras disputas marítimo-territoriales importantes, sin olvidar que éstas tienen probabilidades muy inferiores de ser resueltas pacíficamente frente a las que giran en torno a tierra firme.

La formación de nuevos Estados en Asia dio lugar a desacuerdos sobre los límites fronterizos heredados, una coyuntura que la Guerra Fría acentuó, lo cual se unió a otras derivadas como los agravios históricos, la lucha por recursos, las ambiciones geopolíticas y las tensiones nacionalistas. Hoy en día, la presencia de actores como China, Japón, las dos Coreas o Rusia configura un paisaje geopolítico de gran peso internacional y de muy difícil manejo para Washington. Todo esto se puede agravar en cualquier momento.

En consecuencia, la visita de Mattis en el marco de Apec 2019, ha puesto signos preocupantes. Pareciera ser que la guerra comercial China EEUU, el asunto en torno a Taiwán, y ahora la molestia de Washington sobre la creciente influencia china, son los más complejos para la elaboración de una agenda constructiva, colaborativa e interesante para los intervinientes. Tarea nada fácil para los anfitriones. (NP)

Iván Witker

 

(Kautilya@seznam.cz)

Dejar una respuesta