+ AFP-William Díaz

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Menos mal que queda solo un año para que cambie este Gobierno, que lo único que ha profundizado es su mala gestión y propuestas populistas. La última: cotización “adicional de 5%”.

Hay algo en la cabeza de los trabajadores que por preocuparse –con razón- sólo del “sueldo líquido”, olvidan y nunca han creído que las leyes sociales también son suyas. La isapre, porque es un seguro se salud; y la AFP es el dinero que se acumula en un fondo de ahorro obligatorio del cual se dispone cuando el trabajador se jubila.

A pesar de algunos esfuerzos de las AFP de explicar que la cotización obligatoria del 10% es dinero de los trabajadores, los empleados no lo asumen como tal y por eso “prenden con agua” propuestas populistas y demagógicas como la del 5% adicional de cotización. Las desafortunadas palabras de la ministra del Trabajo sobre “ni un peso más para las AFP”, que fueron desacreditadas por el propio ministro de Hacienda al calificarlas como imprudentes, son el reflejo del populismo más barato en este tipo de temas.

La crítica de las bajas pensiones –origen de esta propuesta- es una responsabilidad comunicacional de las propias AFP, que han omitido explicar que hasta el día de hoy no existe ningún trabajador que haya estado toda su vida laboral en el sistema privado, ya que alguien que ingresó al mercado del trabajo (o mundo laboral, como le dicen algunos) a los 18 años -en 1980- aún no cumple 65 años, y por lo tanto no se jubilará hasta 2027.

Eso quiere decir que las malas pensiones de hoy son pagadas a trabajadores que vienen del fracasado sistema antiguo de Cajas y reparto, por lo tanto, la capitalización individual aun no produce su efecto y es una manipulación decir que “las pensiones de las AFP son malas o bajas”. El sistema fracasado de reparto, en simple, significa que los trabajadores que ingresan al sistema financian a los que se jubilan y, por lo tanto, si se jubilan más trabajadores que los que ingresan el sistema quiebra.

Bueno, acá es donde el Gobierno y el movimiento No+AFP engañan a las personas, ya que no solo no existen jubilados que hayan estado toda su vida laboral en el sistema de capitalización privado, sino que además, según varias estimaciones, hacia el 2025 habrá más adultos mayores de 65 años que jóvenes de 15 años o menos, por lo que el sistema de reparto partiría quebrado, al haber menos trabajadores jóvenes que personas potencialmente jubilándose.

Creo profundamente en el sistema de capitalización individual, porque sea la pensión que sea, siempre será mejor que una dada por el Estado, ya sea porque es mayor o porque no necesita subsidio. Sin embargo, creo que en el origen del sistema de capitalización individual –por alguna razón que no conozco- no se consideró que los trabajadores tienen distintas realidades familiares a lo largo de su vida y, por lo tanto, la cotización pareja de 10% no se hace cargo de eso.

La cotización no está indexada al Ciclo de Vida del Trabajador, que en etapas tempranas tiene costos de vida menores que cuando llegan la familia, hijos, colegios y más enfermedades en las etapas finales de vejez. Por otro lado, en la medida que pasan los años y experiencia, las rentas también son superiores y por lo tanto la capacidad de pago también cambia a lo largo de los años.

Con ambos conceptos, es posible considerar y evaluar una propuesta de modelo de cotizaciones para la vejez que combine adecuadamente el costo del ciclo de vida y la evolución de los ingresos de un trabajador. Propongo un modelo escalonado de cotización, donde a través de la vida laboral la cotización varíe de la siguiente forma: entre 18 y 35 años de edad cotizar 20%, de 35 a 55 años 15% y de 55 a 65 años 10%. Con ello la cotización promedio ponderada por años es de 15,7%.

Con esto y suponiendo (vicio de economista) que las remuneraciones crecen 10% en cada ciclo, con el modelo escalonado se acumulan 1.896 UF, 55% más de fondos de pensión que con la cotización lineal de 10% en el mismo período de 18 a 65 años, en el cual se acumulan 1.224 UF. (El Líbero)

William Díaz, economista

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