41% de las empresas cree que sus utilidades caerán este año

41% de las empresas cree que sus utilidades caerán este año

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La economía es cosa de expectativas, dicen algunos. Así, un cambio anímico resulta esencial para que se produzca una mejora en los indicadores macroeconómicos. Ese cambio sí lo hemos visto en la bolsa local, con el IPSA alcanzando máximos históricos y retornos por encima del 20%, pero el cambio de switch aún no llega en la economía real. Así por lo menos lo deja en evidencia la encuesta de percepción económica de EY del primer semestre del año.

De acuerdo al sondeo, el cual fue respondido por 350 ejecutivos, en su mayoría gerentes generales, gerentes de finanzas y directores de empresas, sólo un 10,9% de los encuestados considera que el crecimiento del PIB del país superará el 2%, cifra bastante inferior al 30,5% que esperaba lo mismo en la medición de diciembre pasado.

Las expectativas de inflación también cambian. Mientras en el segundo semestre de 2016 un 40,3% de los encuestados preveía una cifra superior al 3%, a julio de este año se redujo a la mitad (21,2%).

La situación no es muy distinta respecto de las proyecciones para sus propias compañías. Según el sondeo de EY, los ejecutivos esperan un mayor deterioro en sus utilidades en relación a las encuestas pasadas. Si a fines de 2016 un 28,6% pensaba que este año sus utilidades disminuirían, a julio de este año es el 40,6% el que se ubica en ese nivel. De hecho, un 66,9% prevé una disminución o la mantención de sus utilidades.

Macarena Navarrete, socia líder de Consultoría Tributaria de EY, explica que “las cifras de esta encuesta son una confesión de cómo les ha ido a las empresas este año, que no ha sido muy extraordinario y que tiene que ver con que el país ha crecido menos”.

Agrega que “si las predicciones de crecimiento apuntan a menos de 2%, son precisamente las empresas las que están creciendo menos que 2% y eso es lo que sus ejecutivos responden hoy”.

Respecto de sus estimaciones de ventas ocurre algo similar: si al segundo semestre de 2016 un 36,3% proyectaba un aumento superior al 10% en sus ventas, en el presente período un 64,3% estima que éstas se mantendrán o disminuirán.

Y mientras la mayoría de las compañías están apostando a realizar inversiones inferiores a US$ 50 millones, sólo un 15% estima que superará ese monto.

FACTORES DE IMPACTO

Al analizar los factores de impacto que afectarán el desempeño de las empresas, vemos que luego de los resultados de las primarias presidenciales, si bien aún priman las visiones negativas (42,9%), un cambio de tendencia toma fuerza, con un 33,4% de los encuestados proyectando que escenario político local tendrá un efecto positivo en su negocio.

A su vez, el repunte en los precios de las materias primas durante el primer semestre, específicamente el cobre que lo ha hecho un 7,4%, ha generado que los encuestados vean con mejor cara este factor. Así, son menos los gerentes y directores con una visión negativa o muy negativa sobre esta variable (34,2% a 25,7% respectivamente). El propio informe califica este dato como “alentador”, considerando la relevancia de este factor para la economía nacional.

Respecto del consumo privado, este sigue siendo considerado como un factor negativo por el 82,9% de los consultados.

REFORMAS DE PENSIONES Y LABORAL

Si los precios de los commodities, así como las elecciones presidenciales de noviembre próximo, son materias determinantes para las compañías, las reformas implementadas por el gobierno también ocupan un lugar relevante dentro de las preocupaciones. Es el caso de la reforma laboral, hoy en pleno proceso de implementación, y el de la reforma de pensiones, la cual esta semana el gobierno enviará al parlamento para su discusión. Sin embargo, hay matices entre ambos casos. Macarena Navarrete, socia líder de Consultoría Tributaria de EY, explica que «aparentemente la reforma de pensiones ha impactado menos que la reforma laboral o la tributaria en lo que está ocurriendo».

Así, los resultados del sondeo revelan que en el caso de la laboral, los ejecutivos y directores siguen viendo las modificaciones de esta ley de forma negativa, en la misma línea que meses atrás. La encuesta de EY muestra un amplio consenso en que su impacto es muy negativo y negativo sobre las actividades empresariales (88,9%). Respecto de la reforma de pensiones, que aún no conocemos en detalle, los actores empresariales entrevistados conservan una visión reacia, pero en menor medida. Un 75,7% tiene una visión negativa y muy negativa, mientras que un 20,6% se mantiene neutro y un 3,7% positivo.

EFECTO DE PRESIDENCIALES

Al analizar la última encuesta de EY, Macarena Navarrete, socia líder de Consultoría Tributaria de la entidad, señala que a nivel empresarial no hay un pesimismo exacerbado, sino que éste más bien va en línea con los indicadores macroeconómicos.

– ¿Cuáles son las materias que más preocupan hoy a las empresas?

– Las empresas están preocupadas de tópicos relevantes como la volatilidad y el dinamismo económico. Es natural que ante un escenario donde el país no crece y hay una serie de reformas, se sienta cierto grado de incertidumbre. También preocupa la inversión, ya que hay varios proyectos congelados a la espera de que se reactive la economía local.

– Respecto del crecimiento de Chile. ¿Qué consecuencias puede tener este mayor pesimismo a nivel empresarial?

– En general, cuando se les consulta a los empresarios sobre las proyecciones de crecimiento del país, sus opiniones no difieren significativamente de lo que dicen lo economistas clásicos, el IPOM y los académicos. Por lo mismo, creo que este pesimismo está en línea.

– En el último año los precios de los commodities han repuntado de forma importante, sin embargo la visión general de esta variable sigue siendo negativa. ¿Por qué?

– Los precios de los commodities se han elevado por una demanda extraordinaria de cobre de parte de China, sin embargo existe una desconfianza de que este aumento en la demanda no sea permanente, y muchos piensan que es circunstancial. Es posible que el sector empresarial esté más cauto que en el pasado porque una vez que se pasa por procesos de reestructuraciones que envuelven despedir empleados y deshacerse de inversiones en condiciones no ventajosas las empresas, naturalmente toman precauciones antes de volver a tomar decisiones de inversión.

-Donde sí se ve una mirada más positiva es respecto del escenario político local. ¿Este puede ser el catalizador no sólo de la bolsa sino a nivel de la economía real?

– Dadas las últimas encuestas y tendencias registradas, el mercado ya está dando algunas señales de que se espera un ciclo mejor. Por ejemplo, el IPSA superó a barrera de los 5.000 puntos en las últimas semanas, lo que entrega un mensaje de que las perspectivas pueden mejorar, y el sector financiero sigue mostrando cifras azules en sus resultados. Es de suponer que la campaña presidencial genere un efecto «psicológico» que reactive la inversión», sacando de «stand by» los proyectos que esperan tiempos mejores.

– El impacto de la reforma laboral sigue siendo visto de forma muy negativa. ¿Puede ser éste un freno a la inversión de las empresas?

– Se produjo un efecto de temor cuando comenzó a regir la reforma laboral, lo que implicó que los empresarios fueran más cautelosos en su toma de decisiones. Pero, en el largo plazo, debiera morigerarse el efecto, particularmente, si en los mercados donde alternativamente puede invertirse, se siguen las mismas tendencias de aumentar la protección laboral. Lo que sí es muy probable es que las características con que se hagan las inversiones sean distintas y se tienda a privilegiar más la tecnología por sobre el capital humano.

– ¿Cómo se está mirando la reforma de pensiones?

– La reforma de pensiones se ha enfrentado más como una discusión del tipo de sociedad que queremos dado que afecta a las personas más que tan claramente a la economía en general, exceptuando algunas industrias específicas (como en el caso de la financiera, con las AFP y las compañías de seguros, por ejemplo). (DF)

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