Redistribuir riqueza y no pobreza es la meta que bajo la mirada de Patricio Walker (DC), presidente del Senado, deben perseguir las reformas del gobierno. Para ello, recalca que es indispensable inyectar dinamismo a la economía, cuidando que las normativas que el Congreso tramita, graviten en torno a dos elementos: equidad y crecimiento.
“Como presidente del Senado, quiero señalar que en la reforma tributaria, en la reforma laboral, en la reforma educacional y en todos los temas que vamos a discutir no vamos a dejar nunca de lado la variable crecimiento (…). En ese sentido, no nos va a temblar la mano ni vamos a abdicar de la responsabilidad de producir acuerdos”, asegura. En esa empresa, considera que el gobierno debe esforzarse en recuperar la confianza del sector privado y facilitar la inversión. Por ejemplo, siendo flexible en realizar ajustes a la reforma tributaria, la primera reforma estructural del Ejecutivo aprobada por el Congreso.
Este mes el Banco Central recortó su proyección de crecimiento del PIB para este año, a un rango de 2,25%-3,25% ¿Cuál es su evaluación del escenario económico?
Estamos viviendo un momento económico complicado, tanto a nivel de América Latina como a nivel de país. Meses atrás había proyecciones auspiciosas y hoy se está hablando que América Latina crecería 0,4% según el Banco Mundial. Y eso es algo que nos preocupa. El continente está cerca de una recesión (…) Si bien en Chile estamos creciendo más que en el continente, se dice que este año vamos a hacerlo entre 2% y 3%. Pero esa proyección ha ido a la baja y nos preocupa.
¿Qué grado de responsabilidad asigna, en el contexto que describe, a la relación que ha forjado el gobierno con el sector privado?
El diagnóstico lo sabemos. El primer año el gobierno no generó las confianzas en el mundo privado para poder invertir efectivamente y jugarse por un mayor crecimiento. Espero que eso se revierta tras el nombramiento del ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés -que es doctor del MIT, que habla con la verdad, que dice las cosas por su nombre, que está disponible para producir acuerdos y que da importancia a una economía dinámica que crezca más- y con el nombramiento del ministro Jorge Burgos, que es una persona sensata, de centro, que le gusta producir acuerdos, que cree en la economía social de mercado…
¿Qué debería hacer el equipo económico para recuperar la confianza de los empresarios y dinamizar la actividad?
Uno de los temas que hay que trabajar con mucha fuerza es crear los incentivos, la certeza, las confianzas para que el sector privado invierta. Los inversionistas son sensibles y si queremos que inviertan en Chile y no se vayan a Colombia, Perú u otros países tenemos que crear un clima de confianza con reglas del juego claras.
La implementación de una reforma tributaria, la tramitación de una reforma laboral y el anuncio de una reforma constitucional ¿No actúan contra ese objetivo?
Es que deben haber proyectos sociales que apunten a la equidad, pero en cada uno de ellos tiene que haber un componente de crecimiento. No sacamos nada con redistribuir pobreza, redistribuir miseria. Hay que ayudar a crear las condiciones para que en Chile vuelva a haber entusiasmo y los empresarios vuelvan a invertir, por supuesto, con mayor contribución a la equidad social, pero con reglas claras.
¿Las acciones del ministro Valdés apuntan en esa dirección?
Creo que se están creando las condiciones para retomar las confianzas con los empresarios, estableciendo reglas del juego claras. Cuando el ministro Valdés y el ministro Burgos señalan que cualquier cambio constitucional va a respetar sí o sí el derecho de propiedad, las libertades básicas, creo que es una señal muy potente que genera un clima adecuado, un clima de confianza que permita a los empresarios invertir en tranquilidad y generar empleo. El respeto al derecho de propiedad y la libertad económica son muy importantes.
Este año el impuesto a las empresas sube a 22,5% para llegar a 27% en 2018. ¿Considera que la nueva normativa podría mermar aún más el crecimiento y la inversión?
Chile sigue teniendo tasas de impuesto razonables en un contexto mundial…
Pero el año pasado, durante la discusión de la reforma tributaria, la Democracia Cristiana promovió una tasa de 25%…
Yo siempre he planteado que tiene que ser 25%. Pero, bueno, ahí el gobierno estableció una de 25% y otra de 27% según haya renta atribuida o no. Siempre he sido partidario de que sea 25%. Pero lo más complicado de la ley es que haya dos sistemas. Eso genera mucha complicación.
Desde la oposición y el sector privado piden que el gobierno revise la ley ¿La autoridad debería acceder?
Tal como se lo expresé al ministro de Hacienda, en la reunión del comité político el lunes, en La Moneda, se debe simplificar la operatividad de la implementación de la reforma tributaria. Se nos ha dicho por parte del ministerio que se va a regular y aclarar vía circular, que con eso se podrían solucionar los problemas. Pero si el día de mañana nos damos cuenta de que hay que dictar una ley adecuatoria de la reforma tributaria para simplificar aquello que hoy se percibe como complejo, no hay que tener ningún complejo en hacerlo sobre la base de crear las condiciones para invertir.
El ministro Valdés ha asegurado que no hará cambios a la ley.
Uno siempre tiene que estar abierto a una ley adecuatoria, pero en la lógica de no enredar las cosas y en la esperanza de que hoy con circulares se pueda resolver.
¿Qué aspectos deberían corregirse a nivel legislativo?
Lo ideal es que quede claro a través de circulares pero hay que estar abierto a una ley adecuatoria para resolver todos los temas que generan una excesiva burocratización. Por ejemplo, la inmensa mayoría de los contadores y auditores que asesoran a los empresarios tienen inquietudes respecto de la cantidad de registros que habría que tener para la implementación de la nueva ley tributaria. Ha habido mucho reclamo respecto del tema de la operatividad de los dos sistemas. Una ley adecuatoria no debería ir en la lógica de crear más temores, sino que en la lógica de simplificar y resolver los temores. Creo que hay que ser flexibles y estar disponibles, pero con ese rayado de cancha.
¿Qué cambios aplicaría?
Probablemente sería mucho mejor establecer una tasa única de impuesto y eliminar el sistema de renta atribuida que, en mi opinión, genera ruidos aunque no los que generaba la renta atribuida obligatoria. Porque eso, claramente, no generaba incentivo a la reinversión, al ahorro y estaba tan mal hecho que en el Senado nos tuvimos que poner firmes y finalmente hubo un acuerdo desde la UDI hasta el PC.
Considerando que abrir la puerta a una revisión legislativa de la ley tributaria también puede generar incertidumbre ¿En qué plazo el gobierno debería tomar una decisión?
Si el gobierno es capaz vía circulares de dar tranquilidad y desenredar la madeja, aclarar las dudas, simplificar todo lo que va a ser la implementación de la reforma tributaria, en buena hora. Si eso no se logra, creo que en el corto plazo hay que estar disponible para una ley adecuatoria de la reforma tributaria que resuelva los problemas operativos de manera práctica sin meterle más pelos a la sopa, sin incorporar temas adicionales ni temas que puedan generar más problemas que soluciones. Creo que hay que hacerlo en el corto plazo. No hay que esperar a que entre en régimen en 2018. El análisis hay que hacerlo antes, porque después puede ser tarde.
¿Se quedaría con el sistema semiintegrado de impuesto a la renta, o cree que es mejor desintegrar?
Es un tema en el que no hay una sola postura. Eso hay que discutirlo. Lo importante es que resolver los problemas operativos, ojalá establecer un solo sistema tributario manteniendo los beneficios y los incentivos para las pymes (…) Los gobiernos no pueden ser dogmáticos. Obviamente, esos temas se pueden discutir. Pero lo más importante, más allá de la tasa, es establecer un sistema único y establecer claridad respecto de la operatoria de la implementación de la reforma tributaria. Eso genera una complejidad que es bueno despejar.
Reforma laboral al Senado
Este martes, en la Cámara de Diputados, comenzará el debate en sala de la reforma laboral. Una vez aprobada, lo que se estima ocurriría el jueves, la iniciativa pasará al Senado.
¿Cómo prevé la discusión de la reforma laboral en la Cámara Alta? ¿Se aprobará con celeridad para dar certidumbre?
No, hay que aprobarla bien. Y una vez que esté aprobada, calculo en agosto o septiembre, debiera generar certezas. Naturalmente en esa reforma hay que preocuparse no sólo del tema de la equidad que es muy importante -fortalecer la negociación colectiva, los sindicatos- sino también de la adaptabilidad laboral y la productividad; de las pymes, que son las más sensibles a los temas de la reforma. Conversamos con el ministro de Hacienda y le señalamos que estas reformas también tienen que tener una mirada de crecimiento. Un componente no sólo de equidad, sino también de crecimiento.
¿El proyecto del gobierno cumple con esas características?
Eso es lo que tenemos que revisar, con mucho detalle y mucha profundidad cuando llegue al Senado. Sé que se dejó fuera la negociación interempresas por rama, lo que es positivo. Pero hay que ver si la redacción de la Cámara de Diputados cumple con estos dos elementos: crecimiento y equidad, para tener una reforma laboral que no afecte el crecimiento.
¿Se debería replicar un acuerdo transversal como el de la reforma tributaria?
Por supuesto, espero que la reforma laboral salga con acuerdo amplio. No vamos a ser populistas; vamos a ser serios y responsables. Yo, como presidente del Senado, voy a asumir el rol de articular acuerdos para que, efectivamente, hagamos las cosas bien y no cometamos errores que, por ejemplo, cometieron España y Venezuela.
Queremos aumentar la tasa de sindicalización, aumentar el porcentaje de negociación colectiva. Que en Chile la torta se reparta con más equidad; pero no hay que olvidarse de la adaptabilidad laboral, de la productividad y de la capacitación, especialmente de jóvenes y mujeres jefas de hogar, que son los más afectados cuando aumenta el desempleo. Nuestro faro debe ser Alemania, que se preocupó de la capacitación de esos segmentos.


