Votar por Boric-Pilar Molina

Votar por Boric-Pilar Molina

Compartir

Pero si hasta en sectores de centro derecha están pensando votar por él. Pienso en un grupo determinado que conozco. Se educaron todos en buenos colegios particulares pagados, están andando los 40, son ingenieros y se desempeñan como gerentes de empresas en rubros tan disímiles como el inmobiliario, minero o de la salud. Creen que hay que mejorar la cuestión social y piensan que Gabriel Boric puede hacerlo, mal que mal, no se despega de transformaciones profundas para hacer de Chile una nación más inclusiva, justa, sustentable, descentralizada, etc… Perdón, se me olvidó un adjetivo vital: feminista.

Lo cierto es que estos jóvenes no tan jóvenes son todos hijos del modelo capitalista o neoliberal y disfrutan de sus bondades; lo mismo que el resto y que explica que Chile ranquee primero de la región en todos los indicadores, sean económicos o de desarrollo humano.

Ellos tampoco temen al político de Convergencia Social, aunque sea el candidato del Partido Comunista, trinchera desde la cual ya le han advertido que no puede moverse un milímetro del programa (alcalde Jadue) y que “tiene que cumplir el programa, no en la medida de lo posible”, sino que a trocha y mocha (su presidente Teillier). Estos gerentes miran como una campaña del terror de la derecha amenazar con que una aventura con los equipos teóricos e inexpertos de Boric podría descalabrar Chile y hacer difícil el retorno a la estabilidad y el crecimiento.

Tienen buenos autos estos muchachos. Les gustan el carrete y los viajes. La mayoría tiene más de un crédito hipotecario, con las ventajas de los chilenos, los más baratos y por mayor período de tiempo de América Latina. Uno de estos compadres incluso ha comprado más de 20 departamentos y los paga con los arriendos. Invierten en acciones y bonos, aprovechando las facilidades de un mercado financiero que es el tercero mayor del continente, después de México y Brasil. Usan todos los días las carreteras concesionadas (financiadas por los bonos que compran las AFP) y se atienden en las mejores clínicas privadas. Para qué les cuento como viajan, en familia, a sus segundas y terceras casas en Chile o en el exterior, aprovechando las ventajas de un dólar barato que ofrecía un país que tenía sus cuentas fiscales equilibradas y un horizonte de estabilidad política.

Son exitosos estos ingenieros porque el modelo de desarrollo se los permite. No habrían prosperado igual si vivieran en Argentina, por ejemplo, lidiando con inflaciones del 50% que ahuyentan cualquier inversión. El problema es que no se informan de la realidad, leen poca prensa y prefieren los asados, los juegos y el deporte. Ignoran que estando a 5 semanas de las elecciones, no conocemos el programa del candidato del partido comunista. No saben que a cada rato Boric contradice lo que estaba en su programa, el que bajó de la web, tratando de no espantar. Se arrepintió, por ejemplo, de darle viviendas a todos los inmigrantes irregulares.  También ha hecho la concesión de reconocer la autonomía del Banco Central o ha matizado el revisar todos los tratados de libre comercio en los que Chile funda su modelo de desarrollo. En el último debate, llegó a admitir que los hechos de violencia en la macro zona sur deben sancionarse como delito. Pero, ¿reconocer que algunos constituyen terrorismo? ¡Jamás! Si es de los que conmemora el 18-O por todas las razones plausibles, menos por la violencia y sus efectos, y cuando viaja a la Araucanía, se reúne con los victimarios, no con los agricultores o transportistas que han sido víctimas.

Los profesionales de los que les cuento sostienen que Boric es un buen cabro cuando propone subir los impuestos para recaudar 8 puntos del PIB  en 8 años. Ni se enteran que tomaron como modelo al único país que se ha acercado a ello, Dinamarca, que casualmente atrae inversión con el mercado laboral más flexible de Occidente. Pero es difícil pensar que los teóricos de Boric también copien el despido con 3 días de aviso y sin indemnización y atraigan capitales insertando a Chile a en la geografía de Europa, como ocurre con Dinamarca.

Tampoco les suena mal (si es que lo llegan a oír) que Boric propugne terminar con el modelo extractivista y proponga  una economía verde, sustentable, más inclusiva y con mayor valor agregado. Cómo no, díganle a las compañías mineras que son extractivistas cuando tienen automatizados la mayoría de sus procesos, usan inteligencia artificial y reciclan el agua del mar.  Tampoco les cae mal la propuesta de la izquierda ultra de volver a un Estado emprendedor. Claro, como son ingenieros sub 50, ni se enteraron de cuando Chile producía autos y televisores: malos, caros y escasos. Pero, no, los economistas de Boric obtuvieron de sus papers un ejemplo en Asia de política industrial exitosa, olvidando a todos los países que han fracasado en el intento. Y será por los mucho que nos parecemos a Corea del Sur, donde trabajan desde este año 52 horas semanales (antes, 62) o porque sus niños estudian en colegios públicos en la mañana y en privados en la tarde, mientras en nuestro Chilito la mayoría de las escuelas públicas lleva casi dos años cerrada, gracias a la intervención del Colegio de Profesores.

En las recientes primarias presidenciales, Boric obtuvo 71 mil votos en el distrito 11. Solo le ganó Sebastián Sichel, con 87 mil, pero este candidato del PC derrotó en el sector Oriente (mal llamado del Rechazo) a los Lavín, los Desbordes y los Briones. Son votos de jóvenes que vienen entrando al padrón, con padres de derecha que se retiran del mismo, y para los que Boric es una opción para tener un mejor Chile. Antes votaron Apruebo y todavía no se convencen que la Convención Constituyente no vaya a evacuar una solución mágica para la ruptura en Chile.

Algunos de estos profesionales quizás purgan con el voto de izquierda su exceso de bienestar y falta de conciencia social.  Seguramente van a comprender que Boric haya  conmemorado ayer el día de la insurgencia. Como dice la izquierda, el 18 de octubre permitió transitar a un Chile mejor… aunque todavía no vemos nada que lo indique. (El Líbero)

Pilar Molina

 

Dejar una respuesta