Vladimir Putin y Donald Trump- Carlos Alberto Montaner

Vladimir Putin y Donald Trump- Carlos Alberto Montaner

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Vladimir Putin coincide con Donald Trump en ciertos puntos importantes. No en todos, pero sí en algunos. Se apartan, por ejemplo, en el respaldo a Israel por parte de Trump, que me parece atinado, y en el rechazo a las satrapías cubana, venezolana, nicaragüense y boliviana, que resulta coherente con la democracia estadounidense, pero no le quitan el sueño a la dictablanda rusa.

¿En qué coinciden? Por lo pronto, Trump negó que Rusia fuera una nación adversaria de Estados Unidos. Es lo que firmemente cree. Se lo dijo a Tucker Carlson en una entrevista para Fox que le hizo el joven periodista. Según Trump, Moscú había ayudado a Estados Unidos a ganar la Segunda Guerra mundial, dato que casi nadie disputa. La Unión Soviética, en efecto, aportó 20 millones de cadáveres con el objeto de derrotar al nazismo.

No obstante, lo hizo tras el ataque de Adolfo Hitler, su antiguo aliado, en junio de 1941. La Guerra comenzó en el 39 con los nazis sometiendo a Polonia por el oeste, mientras los comunistas soviéticos lo hacían por el este. En las cláusulas secretas del pacto Ribbentrop-Molotov, hoy conocidas, las dos potencias se habían dividido Europa. Si Hitler no hubiera abierto el frente ruso unos meses antes, probablemente Estados Unidos hubiese tenido que enfrentarse a los soviéticos tras el ataque japonés a Pearl Harbor en diciembre de 1941.

¿En qué más coinciden Putin y Trump? Según Putin, la OTAN es una fuerza militar que amenaza a Rusia. Originalmente le hacía frente a las divisiones comunistas del Pacto de Varsovia, pero desde la desaparición de la URSS en 1991, y de esa alianza militar inmediatamente, la OTAN ha sido utilizada para intervenir en la antigua Yugoslavia, apuntalar la existencia de Kosovo a expensas de Serbia, y destruir la dictadura de Gadafi en Libia, todos clientes o aliados de Rusia.

De acuerdo con el hombre fuerte de Moscú, la OTAN debió disolverse tras el fin del Pacto de Varsovia. Simultáneamente, los antiguos satélites de la URSS –Estonia, Letonia, Lituania, Hungría, Bulgaria, Rumanía, Polonia, República Checa, Albania, Eslovaquia, Croacia, Eslovenia, Montenegro- han corrido a guarecerse tras el paraguas militar de la OTAN y de la Unión Europea. Ucrania no lo hizo, y Rusia la invadió por partida doble..

Es muy probable que Trump encarne un síntoma muy elocuente del debilitamiento del liderazgo internacional norteamericano posterior a la Segunda Guerra mundial y ligado a la Guerra Fría. Duró setenta años, pero hay una parte sustancial de la población norteamericana que prefiere cancelar ese periodo. Son, precisamente, los votantes de Trump.

En todo caso, lo importante para todos es que la Unión Europea resista el embate de sus enemigos interiores -los eurófobos- y los exteriores -Trump y Putin- hasta que se produzca la próxima implosión rusa. Tal vez el cataclismo no tarde mucho en llegar. (El Líbero)

Carlos Alberto Montaner

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