¡Viva el Periodismo!-Alberto López-Hermida

¡Viva el Periodismo!-Alberto López-Hermida

Compartir

Las últimas semanas hemos vivido un rebrote de columnas de opinión que hacen referencia a lo mal que está el periodismo nacional. Se le tilda de farandulero, vendido y poco ético, entre otros apelativos. Además, las redes sociales se han hecho eco –era que no– y han llovido críticas e insultos hacia los profesionales de la comunicación.

Tras poder enseñar en 10 facultades de comunicación en Chile y el extranjero en las últimas dos décadas, me parece que a todas estas críticas tan descarnadas hay que ponerles ciertos paños fríos.

Criticar a toda la profesión esgrimiendo como ejemplo a un puñado de periodistas que no ejercen como tal y que, efectivamente, se han ido por el camino de la conducción o animación de programas televisivos es algo injusto y precipitado. Efectivamente se pueden individualizar ciertas “manzanas podridas” dentro de la profesión, pero es un porcentaje mínimo dentro de un universo inmenso.

Parece importante también dejar de opinar sobre el ejercicio de las comunicaciones desde una óptica anticuada que –a veces sin pensarlo– considera sólo al periodista como ese reportero que está en la calle en busca de la noticia.

No hay que olvidar el papel fundamental de cientos de comunicadores que se desempeñan en medios informativos cada vez más diversos. La inmensa mayoría de ellos lo hace de manera correcta, con los desafíos propios de cualquier profesión. Además, miles de otros colegas realizan una tremenda labor desde organizaciones de todo tipo –grandes, medianas y pequeñas empresas, entidades públicas y privadas, con y sin fines de lucro– comunicando interna y externamente el día a día de esas entidades.

Es cierto que los medios tradicionales están en crisis, principalmente de carácter financiero, pero existe un inmenso y creciente abanico de medios digitales que están haciendo una labor extraordinaria. Posiblemente, el mejor ejemplo en tiempos de pandemia, sea la labor de factchecking que algunos perfiles de redes sociales y medios digitales llevan haciendo hace meses. ¿No es acaso eso algo digno de celebración?

Todas las profesiones han sufrido algún grado de cambio con la llegada de nuevas tecnologías y la comunicación obviamente no es la excepción. Pero es un hecho y me consta que buena parte de las escuelas de periodismo del país están atentas a los desafíos que ello implica. Los centros de formación de comunicadores están permanentemente actualizando y ajustando sus mallas curriculares con el fin de atender a las necesidades del entorno en el que los futuros profesionales se van a desempeñar. En contraposición, quizás convenga revisar las mallas conducentes a otras honorables profesiones que siguen estáticas desde el siglo pasado.

¿Hay cosas que mejorar? ¡Por supuesto! Siempre se necesita actualizar los programas de ética, incluir cursos de innovación y considerar la formación en aspectos como el emprendimiento, pero los directores y decanos están en su mayoría atentos y prestos a hacer los ajustes necesarios, muchas veces a pesar de la mirada reticente de rectoría.

Alguien podrá enrostrarme las magras matrículas que este año registraron prácticamente todas las escuelas de periodismo del país. Es verdad. Pero dicha caída puede ser vista también como una oportunidad de formar a quienes realmente se quieren dedicar a esta profesión y como una indicación, quizás, de que el periodismo, a Dios gracias, está dejando de ser una carrera de descarte para adolescentes confundidos, sino que un espacio de formación para quienes de verdad tienen una vocación por la verdad y el contar historias.

En definitiva, que no nos nuble la mirada la torpeza de unos pocos, muchas veces conducida por el afán comercial de los ejecutivos de los medios tradicionales (quienes, en su mayoría, por cierto, no son periodistas).

Las comunicaciones siguen y seguirán ahí, cumpliendo su rol fundamental en una sociedad democrática. Nadie nos va a parar. ¡Viva el periodismo! (El Líbero)

Alberto López-Hermida

Dejar una respuesta